Por: Socorro Soto Alanís

@cocosotoalanis

Tenemos un año con la pandemia encima y las cifras de contagiados y muertes son alarmantes. En el mundo suman 102 millones de casos y la muerte de 2.2 millones, lo cual es terrible, una verdadera tragedia mundial. En México tenemos 1.83 millones de personas que han sido contagiadas y la muerte de 155 mil personas, una verdadera tragedia nacional.

El virus es de lo más democrático y equitativo, arrasa a todo tipo de personas sin miramientos de raza, edad, sexo ni condición social. En nuestro país ha mandado al confinamiento obligado por el contagio a personajes de todas las esferas, incluidos a los hombres más poderosos. Ni el poder, ni el dinero, ni los privilegios detienen al letal Coronavirus.

Al mismo tiempo, ironías y lecciones de la vida que mucho ha jugado con los humanos en los últimos meses; el virus contagió a personajes poderosos de la vida nacional. Empezó con el excardenal Norberto Rivera, originario de La Purísima, Tepehuanes, Durango. Hombre de gran poder durante su episcopado, relacionado con los hombres más poderosos del dinero y de la política del país. Parece que se está recuperando, pero ya le ha costado varios días de hospital.

Carlos Slim Helú, el hombre más rico del país, también fue contagiado; así lo anunció su hijo del mismo nombre y heredero de su cuantiosa fortuna que llega a los 59 mil 900 millones de dólares, según la revista Forbes y lo sitúa entre los 15 hombres más ricos del mundo. Con todo y su cuantiosa fortuna, fue a parar al hospital y no se sabe más.

La noticia que cimbró al país y de manera especial a sus seguidores y a las redes sociales, fue el TW en el cual el presidente López Obrador daba cuenta de que había sido alcanzado por el virus. En este caso, el hospital se lo instalaron en Palacio Nacional, que es donde habita y ha sido atendido por los mejores especialistas. Ayer circuló un video en el cual se le ve bien y anuncia que se está recuperando.

Ni el poder, ni el dinero detienen los contagios. El virus nos tumba por igual y nos manda confinados a nuestras cuatro paredes. Tiempo de reflexionar. Aquellos que tienen en sus manos el poder y la posibilidad de decidir, de orientar, de manipular, de apoyar a millones de compatriotas, deberían de hacerlo para reconstruir y rediseñar otro México más equitativo, solidario, sin violencia, comunitario y sin pobreza, ni material, ni humana, ni de espíritu.

Twitter: @cocosotoalanis