Diputados, un mal necesario
Por: Ernesto Escobosa
Desde Ernesto Zedillo quien perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, México no había tenido un Presidente de la República que tuviera el control del Congreso de la Unión y del Constituyente Permanente para poder realizar reformas no solo a las leyes sino también a la Constitución. La etapa en que gobernaron Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se caracterizó por un estancamiento y obstaculización sistemática del proceso legislativo, se decía que no se hacían las reformas necesarias sino las posibles, lo que proponía el PAN lo frenaba el PRI y después, eso mismo que ya había propuesto el PAN lo impulsaba el PRI y el PAN se oponía, los despropósitos del Poder Legislativo eran evidentes y las negociaciones en las Cámaras terminaron convirtiéndose en un regateo de compra y venta de votos; la reforma energética del “Pacto por México” y la exhibición en video de las maletas de dinero que Pemex les entregó a legisladores panistas dejan evidencia de los niveles de corrupción a los que se llegan cuando se dan los “equilibrios” que impulsa la coalición “Va Por México”.
Reiteradamente se han incumplido las propuestas de campaña para eliminar, al menos, cien diputados plurinominales; en México hay más legisladores federales que en Estados Unidos y lo comparo, porque el modelo de república y el federalismo mexicano se inspiraron en los estadounidenses. Tal vez ya sea tiempo de revisar seriamente si es conveniente crear un sistema unicameral o sostener el actual bicameral cuando se ha mostrado su gran vulnerabilidad en cuanto a la corrupción y a la inoperancia para crear un sistema de leyes moderno, funcional y socialmente eficaz; la mala calidad de las leyes federales y locales es más que evidente, circunstancia que propicia, en gran medida, los resultados inacabados que obtiene México en prácticamente todos los ámbitos, aunque las entidades más desarrolladas tienden a tener legislaciones más amigables con la ciudadanía y más avanzadas para propiciar crecimiento económico.
Morena corrió con mucha suerte en 2018, sus candidatos a senadores y diputados ni siquiera tuvieron que hacer campaña ni acreditar capacidad alguna para los cargos a los que fueron postulados, la mayoría de los triunfos fueron impulsados por el efecto que provocó Andrés Manuel López Obrador; ahora en 2021 no son las mismas condiciones, será muy difícil que conserven la mayoría de la Cámara de Diputados y de las legislaturas locales si no se esmeran en postular personas preparadas, con trascendencia social y una buena imagen pública; la candidatura de Félix Salgado Macedonio es un mal mensaje de comunicación política por ser una incongruencia que rompe con el discurso de autoridad moral y que será tema de debate durante todo el proceso electoral, no solo en Guerrero, sino en todo el país.
En cuanto al PRI, PAN y PRD lo mejor que pueden hacer es buscar convencer a personajes destacados y respetables de la sociedad para que acepten sus candidaturas, los agravios por la violencia que provocó Calderón y la corrupción inédita de Peña Nieto aún son muy recientes y por eso perdieron todo en 2018, al grado tal, que ambos fueron convertidos en fuerzas políticas marginales a las que el Gobierno Federal no toma en cuenta y que en el Congreso de la Unión son prácticamente irrelevantes.
López Obrador no puede darse el lujo de perder el control del Congreso porque su Cuarta Transformación (4T) tendrá un gran obstáculo para seguir avanzando por la ruta que él quiere conducirla, pero tampoco el PAN y PRI pudieran aguantar otros tres años de inoperancia política, ya que su rol es ser oposición y en la vía de los hechos lo han hecho bastante mal; su última apuesta que fue la alianza de “gobernadores federalistas” ha sido socialmente intrascendente. Elecciones en el contexto de una pandemia, un debate público polarizado, campañas negras en redes sociales, desgaste emocional del electorado por el confinamiento, los impactos económicos y los costos humanos, así como las investigaciones por corrupción que están en curso. Realmente todos los partidos políticos tendrán que esmerarse y tener un alto grado de acierto y responsabilidad social al seleccionar a sus candidatos.
Twitter: @ernestoescobosa