EL DETRACTOR… Matrimonio igualitario y derechos humanos
09/07/2021 - Hace 3 años en MéxicoEL DETRACTOR… Matrimonio igualitario y derechos humanos
Por: Cristhian Salazar
Históricamente, los derechos humanos han sido una conquista de las minorías. ¿Qué hubiera pasado si en Estados Unidos, una sociedad con profundas raíces racistas, se hubiese dejado en manos de las mayorías los derechos de los afroamericanos? Hoy seguirían teniendo baños separados, para blancos y para negros. Si en Alemania siguiera gobernando el nazismo, el pueblo judío ya no existiría.
En el mundo jurídico hay cuestiones que no deben ser sometidas a la voluntad popular, ni siquiera –creo yo- al escrutinio del legislador. Por ejemplo, no podemos preguntar a la gente si se puede o no condenar a alguien sin un juicio justo o si las mujeres pueden participar en política. Tampoco sería constitucional una ley que permita la tortura. Estos son derechos, que protegen al ser humano por el simple hecho de nacer en una democracia, que pertenecen a lo que el jurista italiano Luigi Ferrajoli llama “la esfera de lo indecidible”, los cuales se deben establecer en la Constitución, incluso como cláusula pétrea, es decir, irreformable.
El matrimonio igualitario está incluido en esa esfera de derechos, porque se sustenta en uno de los principios más básicos de la ley, la igualdad. Nuestra Constitución lo consagra en su Artículo Primero, al señalar: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Por ello considero que la aprobación de estas uniones civiles, ya no es necesario que pase por el Congreso, ya que cualquier oficial del Registro Civil, al hacer una interpretación a la luz de los derechos humanos, está obligado a autorizar tal matrimonio.
La controversia sobre la aprobación del matrimonio igualitario parece ser un tema superado en la mayor parte del mundo y en México, pero en Durango sigue siendo un tabú. Desafortunadamente, nuestro pueblo ha sido siempre presa de los sectores más retardatarios de la sociedad, estoy seguro que si nos hubiera tocado vivir cuando el hombre dejó de ser cuadrúpedo, en esta tierra de Dios seguiríamos caminando en cuatro patas.
Hoy la derecha se opone ferozmente contra el matrimonio igualitario, según ellos, en defensa de la familia, lo cual es muy loable, sin embargo, no los vemos protestar con tal vehemencia por otras cuestiones que en realidad amenazan a la institución familiar y que están diezmando a la juventud, como la venta de drogas o la inseguridad. Nos encantaría verlos, con rosario en mano, protestar afuera de la PGR, pero claro, no tragan lumbre. Se ponen contra un puñado de jóvenes que solamente están exigiendo lo que les corresponde, pero conveniente, callan ante los verdaderos cánceres que están destruyendo a la sociedad entera.
Los grupos de la ultraderecha siempre estarán en contra del progreso y de la Ciencia. ¿Qué hubiera pasado si les hubiésemos hecho caso de no usar condón? El SIDA, la sífilis y otras infecciones de transmisión sexual estarían más propagadas que la COVID-19. Si siguiéramos creyéndoles que la tierra es el centro del universo, aún nos regiríamos por las leyes del Zodiaco. La pregunta es: ¿Les vamos a hacer caso ahora?
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