El Sha de Irán estuvo exiliado en México… y se fijan en Evo
17/11/2019 - Hace 5 años en MéxicoEl Sha de Irán estuvo exiliado en México… y se fijan en Evo
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
En junio de 1979, llegó un personaje que cambió la historia de la capital de Morelos: Mohammad Reza Pahlaví, el sha de Irán; que enfermo y exiliado tras el triunfo de la Revolución Islámica en su país, buscaba un lugar donde vivir con tranquilidad. El Sha arribó a México gracias a la intervención del Gobierno y empresarios estadounidenses. El diario The Washington Post publicó en su momento que Henry Kissinger había presionado durante meses a la administración, del entonces presidente mexicano José López Portillo, para que autorizara la visa de residencia temporal al Emperador y su familia. David Rockefeller, entonces presidente del Chase Manhattan Bank, de Nueva York, también habría intercedido para que el país emitiera el documento, con el cuál desafiaba una advertencia del flamante régimen islámico de Irán, que consideraba como un acto de hostilidad en contra de su país el abrir las puertas al Sha. Por ello, una leyenda urbana dice que un día, desde un helicóptero, ametrallaron la casa del Monarca persa en México, pero toda la información se ocultó. Esta no era la primera vez que visitaba el país; en 1975 a invitación de Luis Echeverría, había realizado una gira por el puerto turístico de Acapulco y zonas arqueológicas en el sureste. El Sha llegó acompañado de su última esposa, Farah Diba, y su hijo mayor, entonces de 18 años, Reza Ciro Pahlaví; las tres hijas del matrimonio habían ido a vivir temporalmente a Estados Unidos. Su arribo fue discreto y aunque la prensa internacional había anticipado la llegada del monarca al país, en Cuernavaca podía pasar desapercibido y encontrar tranquilidad a pesar de estar siempre rodeado de un equipo de seguridad de más de 70 personas, que lo cuidaban a distancia prudente y desde distintos ángulos. El espacio natural para que Reza Pahlaví encontrara su refugio, fue en la lujosa mansión blanca, con piscina y un salón de baile en la parte baja, el que pocas veces se usaba porque la familia no hacía mucha vida social con sus vecinos, pero sí recibía en algunas ocasiones la visita de personalidades extranjeras. El Monarca contaba con tres anillos de seguridad compuesto por 72 personas. El primer círculo -el más cercano- estaba integrado por 12 agentes de Irán, el segundo por 20 estadounidenses y el cuarto por 40 mexicanos. Reza Pahlevi recibió el visado de manos del canciller Jorge Castañeda. Al recibir al enemigo de Ruhollah Musaví Jomeini, mejor conocido como Ayatollah Jomeini, el Gobierno mexicano desafió una advertencia del régimen islámico de Irán, que había indicado poco antes que abrir las puertas al exmonarca sería considerado un acto de hostilidad al nuevo régimen de ese país. Días después, llegó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) una carta dirigida al entonces canciller Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa, por parte del gobierno de Costa Rica y firmada por Alfredo Santamaría, felicitándolo a él y al presidente López Portillo por la brillante e independiente política exterior mexicana. O no lo saben porque nos les gusta leer ni informarse sobre lo que ha ocurrido en el México contemporáneo, o sabiéndolo la intención de criticar el exilio del presidente Evo Morales en nuestro país obedece a seguir intentado denostar las decisiones que toma el Gobierno federal. Les guste o no a los detractores, el presidente López Obrador hizo lo correcto. O a poco antes si se podía y ahora no.
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