El violador eres tú
Por: Iván Ramírez
Hace un par de meses una canción de protesta nacida en Chile se hizo viral invadiendo las redes sociales y convirtiéndose en el principal tarareo social. La cantaron, bailaron y los arreglos musicales fueron ganándole al contenido, al verdadero mensaje.
No puedo imaginarme el miedo, la indignación, el coraje, el asco, la impotencia que puede sentir una persona que ha sido violada. Sin saberlo, la mayoría deseamos el peor de los castigos a quienes han violentado el cuerpo y marcado para siempre la mente de alguien.
Que los maten, los encierren de por vida o los castren, es el deseo de muchos.
En las últimas semanas una propuesta ha venido sonando en la cabeza de algún o algunos legisladores del congreso local de Durango y nos la han compartido, ya hasta quieren que se haga una consulta ciudadana para saber si presentan la iniciativa o no.
Pero dicha propuesta no deja de ser, para un servidor, algo meramente electorero. Y en verdad resulta molesto el que se quiera utilizar el dolor de las víctimas y el enojo de la mayoría para llevar agua a su molino. Tal vez me equivoque pero expondré mis motivos por los cuales pienso esto.
Seamos realistas, tenemos un sistema de impartición de justicia donde a veces pagan justos por pecadores, entonces, ¿Quién nos garantiza que sea castigado el verdadero culpable?… ¿De verdad usted cree que al hijo de un importante empresario o político lo someterían a un castigo de este tipo si fuera un violador?. Una propuesta así podría ser ya una condena anticipada para las personas en situación de pobreza o al que menos influencias tengan.
En una ocasión una maestra de la Facultad de Derecho, quien ocupo importantes cargos en algunas de las penitenciarías más famosas del país, me dijo “los violadores ya no se curan”. Tal vez por su experiencia esta opinión es algo de tomar en cuenta.
La castración química es un proceso médico a través del cual se inyectan forzosamente medicamentos que reducen la cantidad de testosterona, lo que disminuye la libido y el deseo sexual. Pero esto no garantiza que cambie la mentalidad del agresor, incluso se han reportado casos en que agresores impotentes violan a sus víctimas con objetos. Entonces ¿Que procedería?… ¿Cortarles las manos?.
Bienvenida la propuesta de “castración química” para analizarla y debatirla. Algunos la rechazarán citando la constitución, los tratados internacionales y los derechos humanos, pero yo me voy más a lo que se pueda desdoblar en la lógica de tierra.
Creo que estamos de acuerdo que sólo en una mente enferma puede nacer la idea de que un niño o niña se te insinúa para que le hagas daño o una minifalda es un letrero luminoso diciéndote “abusa de mí”. Si sometieran a una consulta ciudadana la “Ley del talión” (ojo por ojo, diente por diente), estoy seguro que gozaría de amplio respaldo. Pero insisto, creo que la cárcel se llenaría de tuertos y chimuelos pobres.
Tal vez iré al infierno, pero confieso que la “Ley del talión” me parecería lo más cercano a la justicia siempre y cuando nuestras instituciones y procesos garantizaran la culpabilidad del individuo. Tal vez tendríamos mejores instituciones si nuestros legisladores ocuparan el tiempo pagado por el pueblo para pensar más en el beneficio social que en el ganar adeptos a como dé lugar para el próximo proceso electoral.
Twitter: @ivanramirezdgo