Por: Emmanuel Salazar

La pacificación en Durango ha llegado en 2018 a niveles que se vivían en la entidad en el año 2007, justo antes que arrancara la crisis violenta que en 2010 tuvo su punto máximo con una tasa de 67 homicidios por cada 100 mil habitantes.

De acuerdo a Inegi, en 2018 Durango tuvo una tasa de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes, misma que sólo queda ligeramente superior a la tasa reportada en 2007, cuando fueron 9.56 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Ese hecho es digno de una reflexión, y no deberíamos dejar pasar el dato como algo más, pues si bien no podemos negar que seguimos teniendo un problema latente de violencia, tampoco podemos dejar de reconocer que las cosas no son para nada como las vivimos entre 2008 y 2013, cuando llegamos a registrar una cantidad de decesos que cualquier se ponía nervioso.

Inegi reporta en su versión preliminar que en 2018 hubo un total de 175 homicidios,  por lo que sería la cantidad más baja desde 2008 cuando se reportaron 420 homicidios, mientras un año antes, en 2007, hubo sólo 147 homicidios.

El número de homicidios registrados el año pasado sería la cifra más baja en la última década, y la tasa de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes sólo puede ser comparada con los 9.56 homicidios por cada 100 mil habitantes que se registró en 2007, hace 12 años.

Siempre que revisamos las cifras de homicidios y su tendencia a la baja que tiene al menos cinco años de forma consistente, no dejo de preguntarme ¿Qué se ha hecho bien?, sin poder contar con una respuesta satisfactoria, que permita explicar la tendencia, la cual coloca a Durango en 2018 con la cuarta tasa más baja de homicidios por cada 100 mil habitantes en el país, luego de haber estado tristemente en 2009 con la segunda más alta tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, sólo superado por Chihuahua que tuvo 107 homicidios por cada 100 mil habitantes, mientras Durango fue de 62 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Independientemente de las razones que han llevado a bajar los homicidios, ojalá podamos seguir así por mucho tiempo, pues inclusive puede ser un valor extra al momento de intentar promover a Durango como un destino para inversión, puesto que existe seguridad a diferencia de otras entidades vecinas, las cuales aún padecen la violencia.