LA GRILLA DEL PÁJARO… El freno de AMLO a los que se estaban saliendo del huacal
09/09/2019 - Hace 5 años en MéxicoLA GRILLA DEL PÁJARO… El freno de AMLO a los que se estaban saliendo del huacal
Por: Quetzal Herrera
Ante la serie de cuestionamientos que se han desatado en torno al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, encima tener que lidiar con grupos morenistas que pretenden hacer caso omiso de las Leyes, es una acción que a todas luces el Jefe del Ejecutivo no iba a estar dispuesto a tolerar, incluso si temas como la «Ley Bonilla» estuvo palomeada desde su oficina, y al ver que no resultaría derivado de la presión social y mediática, era muy necesario que en algún momento, y luego quizá de cierta valoración, fijara una postura al respecto y ya dejó en claro que no avalaría este tipo de procedimientos que atentan contra nuestras normas, por lo que a pesar de la amistad con Jaime Bonilla, es probable que su mandato sea sólo del periodo para lo que fue electo, dos años, y no los cinco que pretendía incluso a través de una consulta ciudadana.
Claro que López Obrador tenía que meter mano en las decisiones de la cámara baja del Congreso de la Unión, la experiencia previa en el Senado de la República con la estrategia de Ricardo Monreal para quitar de la mesa directiva a Martí Batres, no dejó buen sabor de boca entre los legisladores de Morena, y seguramente tampoco ante el Presidente, quien en una postura de lamento afirmó que «aún había quien implementaban viejas prácticas para lograr sus objetivos», haciendo claramente referencia al oriundo de Zacatecas, quien logró tener también el control de la mesa. Desde luego este tipo de acciones no podían repetirse en San Lázaro, y había que poner mano dura.
Otro símbolo de la izquierda y aliado del movimiento del ahora Presidente, el diputado Porfirio Muñoz Ledo, buscó, al igual que Batres Guadarrama, mantenerse un año más en la mesa directiva del Congreso, lo que generó de entrada la molestia de la oposición, quienes afirmaron que no se respetaba ni la reglamentación ni los acuerdos, por lo que la orden directa de Palacio Nacional fue que se tenían que respetar las normas establecidas, lo que fue un claro mensaje a la mayoría morenista, y desde luego se interpretó que el hecho de ser mayoría no les daba el derecho de pasar por encima de dicha reglamentación, es decir, evitó con esa orden que hubiera un «albazo» por el control de la cámara baja.
Al Gobierno federal por supuesto que en nada le ayudaba esa «rudeza innecesaria» que pretendían aplicar Mario Delgado y su grupo parlamentario, pues el Presidente sabe que necesita mantener el diálogo con todas las fuerzas políticas, a pesar que sean parte de su oposición, él conoce esa cara de la moneda, muchos años fue parte de esa oposición, y desde luego sabe que mantener una cerrazón a la construcción de acuerdos en nada beneficia, quizá hasta padeció la falta de apertura a los señalamientos que en su momento hizo, y busca con ese «manotazo en el escritorio» de San Lázaro, que los legisladores de su partido no le generen más encono social y político por lo menos en este corto lapso.
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