Por: Quetzal Herrera

De un tiempo a la fecha se ha vuelto muy común el término de “caja china” cuando se hace referencia a un tema que sirve como distractor y que la atención ciudadana gire a otro lado mientras el asunto que se pretende esconder toma otro sentido y ya sea que se resuelva o da el tiempo suficiente para disminuir su intensidad; a nivel de la comunicación institucional ésta parece que ha sido un arma que los gobiernos han utilizado, pero hasta para eso hay que tener especialistas a la hora de definir la ruta a seguir, pues ni todos los distractores funcionan, ni muchos asuntos requieren de esas mentadas cajas, o peor aún, existen decisiones como la que acaba de implementar el Gobierno Federal en cuanto a la rifa del avión que si bien es cierto cuando el Presidente lo anunció el pasado viernes, generó justamente ese efecto que se esperaban y por algunos días el tema del que se hablaba en medios y pláticas de café era esa posibilidad para sacarle ganancia a esta aeronave.

Pero ya en el terreno de la realidad por la que atraviesa nuestro país, las “cajas “chinas” tienen algunas vertientes que de no aplicarse para un mejor resultado, terminan siendo una mala continuidad cuando se quiere implementar una segunda parte, del viernes al día de ayer que lo anunció López Obrador en la mañanera existe un abismo en cuanto a la aceptación ciudadana, hablando en términos mediáticos y de comunicación, las principales características de los temas distractores son de entrada que están diseñados para un periodo de tiempo específico, y se busca que sea principalmente llegando a los sentimientos de los receptores, es decir, cuando son temas sensibles existe una mejor recepción del mensaje. Y si nos regresamos un poco en el tiempo y en la historia de lo que fueron estas distracciones, nos remontamos a la administración de Ernesto Zedillo, cuando siendo procurador Antonio Lozano Gracia se creó toda una historia entorno a muertes y osamentas encontradas gracias a los datos proporcionados por una vidente que se hacía llamar “la Paca”; o lo ocurrido con la pequeña Paulette Gebara en el 2010 cuando se construyó una historia de su muerte en el Estado de México, y así un número importante de casos e historias que más bien parecieran novelas.

En este caso que nos ocupa, quizá la valoración de los asesores y del propio Presidente, fue la de continuar con la estrategia del avión añadiéndole el elemento de la imagen del diseño del “cachito” que se vendería, y desde luego el nivel de incredulidad fue aún mayor porque se trata de una muy mala segunda parte de algo que podría revertírsele al Gobierno Federal de no cuidar las formas en cómo comunica sus acciones; ya que si bien muchos nos sorprendimos con el anuncio de la rifa sin creer en que podría ser factible por múltiples razones, las redes sociales se inundaron de “memes” y comentarios al respecto, hoy, cuando parece que esta historia desean continuarla siento que existe más una molestia ciudadana por tratar de mantener algo que es hasta indefendible, cuando en verdad existen temas que necesitan la urgente respuesta de las autoridades.

El desabasto de los medicamentos, derivado de la nula logística para la distribución, y con el riesgo de que sean obsoletas por sus fechas de caducidad, la atención a los migrantes centroamericanos a quienes se suponía tendrían trabajo, o el asunto de las reglas de operación del INSABI en verdad son más necesarios que el avión, ahí debemos centrar la atención

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