Por: Quetzal Herrera

La política también es un escenario donde las estrategias juegan un papel primordial, de ahí que cada partido plantea la que mejor convenga a sus intereses; el tiempo por ejemplo, tiene tal nivel de trascendencia en un proceso electoral que bien llevado podría estar a favor, o en su caso en contra, porque cada instituto político establece sus calendarios basados en lo que la autoridad electoral va determinando, en este caso tanto el INE como el IEPC tienen sus “fechas fatales” de registro de precandidaturas y candidaturas, y de forma interna cada partido delimita también las fechas en donde los aspirantes pueden participar, y no necesariamente son iguales en todos, de ahí que algunos partidos y alianzas ya tiene a sus abanderados, y algunos otros no.

En esta entrega me parece fundamental destacar que ambas estrategias tienen sus puntos a favor y en contra, porque de entrada quienes ya llevaron a cabo la mayoría de sus procesos internos, como es el caso de la alianza “Va por Durango”, así como partidos como Redes Sociales Progresistas y Encuentro Solidario, tienen de su lado una mayor presencia social y mediática, ya que el hecho de estar expuestos les genera mayores espacios, a pesar de que en este momento el periodo de intercampañas no permite el proselitismo, el solo hecho de aparecer incluso en redes sociales, cuidando de no hacer llamados al voto, les genera mayores posibilidades de que los ciudadanos los ubiquen cada vez más.

Incluso la planeación anticipada de los escenarios de campaña también les representa más tiempo, por ejemplo, para establecer los mecanismos financieros para hacerse del recurso por el cual se costeará la campaña; la estructuración del organigrama electoral y operativo, así como la distribución sectorizada de las prioridades de acuerdo a las zonas mayormente pobladas y por ende con mayor posibilidades de participación, pues se da el caso de algunos aspirantes que no conocen todo el territorio por el cual desean participar.

Por otra parte también existen riesgos que deberán sobrellevar, sobre todo de caer en actos anticipados de campaña, pues al saberse ya con el espacio que habrán de representar podría llevarlos a la tentación de comenzar a hacer encuentros que los exponga a ser sancionados por las autoridades electorales en caso de ser detectados, pues en el afán de tener presencia con los ciudadanos y crear sinergias sociales con los temas coyunturales, podrían poner en riesgo no solo sus aspiraciones, sino de las siglas que habrán de representar.

En este mismo rubro, quienes podrían “sacarle jugo” al hecho de esperar con sus nominaciones, son los partidos que aún no nombran a sus candidatos, pues a diferencia de los primeros, éstos podrían medir de mejor forma la fuerza o el perfil de quienes aspiren a un cargo de elección, porque hay partidos que en este momento pueden y lo harán, que dependiendo del abanderado que ya esté asignado, pueden acomodar perfiles que les resulten más competitivos o con posibilidades de triunfo, es decir el caso de Morena, PT, Partido Verde y Movimiento Ciudadano, pueden mover sus piezas de acuerdo a quienes consideren que podrían hacer un buen papel. Seguramente este último punto ya va tomando forma al ya conocerse casi la mayoría los distritos donde irán priistas y panistas. Veremos a quién le resulta mejor la utilización de sus tiempos.

Twitter @QuetzalH