Por: Alejandro Flores de la Parra

“A tres años del triunfo del mesías, su pueblo se levanta, lo aclama y lo vuelve perpetuo, pues es en su nombre y espíritu, que ha encontrado el desarrollo…”, esas son las frases que el presidente López Obrador quisiera escuchar de la prensa, de sus opositores y de quienes, día a día, juzgamos su actuar. Mientras, él, desde su Palacio, entretiene masas en el informe que da con motivo del tercer año de su triunfo electoral, son millones los que se dicen convencidos de que, las políticas públicas de la autodenominada Cuarta Transformación (4T), habrán de verse reflejadas en estabilidad económica, política y social, aunque no puedan dar fe de ella, aún, porque en la realidad diaria del mexicano, poco ha cambiado.

Echándose confeti mientras habla, se vanagloria de que hay signos alentadores de recuperación económica y de la crisis sanitaria, resaltando que México no se encuentra en los primeros lugares de mortandad y que la vacunación ha funcionado con eficacia. Sin embargo, a diferencia de las cuentas alegres de los dos años anteriores, los pronósticos de crecimiento en el país resultan ser verdaderamente alentadores, gracias a la acertada decisión de no endeudar al país so pretexto de la pandemia y a que, debido a varios factores, el peso ha mantenido un nivel estable ante el dólar, al igual que los niveles inflacionarios.

Las remesas, que en mayo alcanzaron los cuatro mil 500 millones de dólares, son producto del esfuerzo de los compatriotas que, a causa de la falta de oportunidades en México, buscan desarrollarse laboralmente en otras zonas geográficas, pero, aunque el presidente buscó colgarse esa medalla, en lo que tiene razón es que ese dinero refuerza el consumo y, por tanto, sirven como inyección a la economía, por lo que aprovechó para agradecer a los paisanos.

El gran detalle, que difícilmente puede tener mucha discusión, es que él asegura que existe gobernabilidad y tranquilidad a pesar del problema de inseguridad heredado. Hace no mucho se reía de que, la prensa, insidiosa y conservadora, hablaba de masacres. Hoy no hay manera de desestimar el problema que se vive en algunos lugares del país. Heredado o no, la verdad es que la estrategia de seguridad nacional, no está dando los resultados que Andrés Manuel quiere plasmar en los encabezados.

No podría faltar que le dedicara minutos, muchos minutos, a la guerra que ha emprendido contra los conservadores, a quienes nuevamente construyó en bloque y, aseguró, que se constituyó para enfrentar la transformación que representa su gobierno. Es cierto, sí hay un bloque que no está de acuerdo con sus políticas y está dispuesto a cuestionarlas, como los hubo y los habrá en todas las administraciones. La diferencia es que, él, dedica muchos recursos para contrarrestarlos, para desestimarlos y para, incluso, hacerse de adeptos gracias a ellos.

Aseguró que no traicionará al pueblo, siempre y cuando, el pueblo, le siga tomando medidas para hacerle el traje a la medida, aquel que solo los tontos (conservadores, mezquinos, etc.), no pueden ver.

Twitter: @AlejandroFdelaP