Por: Alejandro Flores de la Parra

El pasado lunes 12 de abril, en el primer acto público como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, el diputado Iván Gurrola Vega, dio a conocer que llevó a cabo, como representante del Poder Legislativo del estado, una reunión con el titular del Ejecutivo, el gobernador José Rosas Aispuro Torres, en la que expresó que tiene la firme intención de colaborar, con pluralidad y diversidad de ideas, para lograr los resultados que merece Durango.

Para muchos fue sorpresa que, el Diputado, que había sido un firme opositor y señalador de acciones y obras, con una crítica dura y directa hacia la administración estatal, haya salido a declarar que buscará trabajar de la mano en favor de nuestro estado. Sin embargo, como habíamos adelantado en este mismo espacio hace un par de semanas, se antojaba lógico que la responsabilidad conferida como presidente del Congreso, habría de darle la oportunidad de reforzar la relación entre poderes, no dejando de ser crítico ni mucho menos actuando en sumisión, sino teniendo una mayor incidencia en las acciones y una representatividad más fiel de la voz de los duranguenses.

A muchos nos hubiera gustado que pasara lo contrario. Siempre es más atractivo ver pelear y correr sangre, sobre todo cuando los tiempos políticos están más activos que nunca, producto de los inminentes comicios electorales. Sin embargo, apelando a la cordura y a lo que realmente nos conviene como estado, me parece atinada la postura y sobriedad que el diputado Iván Gurrola ha tomado, conocedor de lo que su puesto representa y la función que la sociedad espera que lleve a cabo.

Además, me parece valioso que, al encontrarse al margen del desarrollo electoral al no participar activamente, pueda estar libre de distracciones y de los problemas de partidos y actores del proceso, que muchas veces terminan empañando el actuar de quienes se involucran más allá de sus funciones.

Sin duda, la situación que hoy vivimos en Durango, producto de muchos factores y agravada por una situación sanitaria que pareciera interminable, requiere que todos los actores sociales de los ámbitos político, económico, social, educativo y en general la participación de toda la ciudadanía, se enfoque en trabajar de manera conjunta para lograr revertir los estragos provocados.

En este barco, a nadie convienen confrontaciones infértiles. A nadie le viene mejor que no haya entendimiento. Lo mejor es que los poderes sean contrapesos de las administraciones, procurando acciones que permitan atender las necesidades de la sociedad, en un entendimiento lleno de diferencias y contraposición de ideas, pero con una sinergia y convergencia de objetivos, pues todos vamos remando hacia el mismo puerto.

Twitter: @AlejandroFdelaP