Las emociones en las elecciones
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
Las emociones mueven al mundo e influyen en la toma de decisiones del ser humano. Nos dicen quiénes somos, qué es importante para nosotros y por qué. Las emociones que tienen que ver con el orgullo y la vergüenza, ayudan a definir la identidad, la decisión y en gran parte, la vida en sociedad. Sin emociones no hay motivación y sin motivación no hay acción. Pensando en ello, la motivación se da en sentidos positivo (orgullo) y negativo (vergüenza). El primero impulsa a la acción y la participación política, y el segundo, a la inactividad y el abstencionismo. La actividad política antes, durante y después de las elecciones, está centrada en generar y movilizar emociones a favor de una alternativa partidista y en contra de otra. Es decir, la disputa política no es más que el juego por incidir e impactar generando y movilizando emociones a favor de una alternativa política y en contra de otra.
Dependiendo del manejo de estas emociones entre los votantes, dependerá el éxito o el fracaso en la política electoral de las diversas organizaciones partidistas y sus candidatos, ya que generalmente, la vergüenza produce rechazo, mientras que el orgullo genera el sentimiento de satisfacción. En consecuencia, el sentimiento de vergüenza puede llevar a los electores a abstenerse de participar y el orgullo, a propiciar una mayor participación política. Se puede establecer que la calidad de la democracia está determinada por los sentimientos de orgullo o vergüenza, según sea el caso, que sientan los ciudadanos por pertenecer, simpatizar o militar en un determinado partido político. En este sentido, se puede decir que los partidos políticos que, a través de sus actos, resultados, posicionamientos, declaraciones y decisiones políticas, más orgullo hacen sentir a sus militantes y simpatizantes, son los que más posibilidades tienen de ganar una elección. Por el contrario, los partidos políticos (sus dirigentes y candidatos) que, a través de sus actos, declaraciones, resultados, posicionamientos y decisiones políticas, más sentimientos de vergüenza generan entre sus militantes y simpatizantes, más posibilidades tienen de perder una elección.
Es decir, el resultado de una elección, en gran medida, dependerá de la forma como operen y movilicen los partidos políticos las emociones de la gente y en particular, cómo generen orgullo por una determinada marca política y cómo eviten el sentimiento de vergüenza. La historia de los partidos políticos y su nivel variable de posicionamiento electoral en México, ha estado en razón de los sentimientos de orgullo y vergüenza que en diferentes momentos históricos han experimentado los votantes, respecto de estos partidos y sus acciones u omisiones.
Cuando el sentimiento de orgullo por pertenecer, simpatizar o apoyar a un determinado partido es alto, igualmente lo es su posicionamiento electoral. Por el contrario, cuando el nivel de vergüenza es alto, el rechazo social y político también lo son y se manifiestan con una baja votación en las urnas para este partido político. El sentir vergüenza u orgullo es parte de la naturaleza humana, pues estas emociones son las que distinguen al ser humano de otras especies. En el caso de México, el orgullo y la vergüenza se ha considerado como parte distintiva de la propia idiosincrasia de la población. Al respecto, Octavio Paz decía que el mexicano está orgulloso de su identidad nacional, de ser mexicano, pero se avergüenza de su pobreza patrimonial, aunque presume no tenerla.
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