Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Seguramente muchas veces nos hemos preguntado cuántos gastos innecesarios tenemos en México y si es adecuado el presupuesto que se destina a campañas, partidos políticos y puestos de representación popular. Los debates recientes se han enfocado al presupuesto destinado al sueldo de diputados y senadores de representación proporcional, lo que conocemos como plurinominales.

El Congreso de la Unión está constituido por 500 diputados, de los cuales 200 son pluris y por 128 Senadores, 32 son de representación proporcional o plurinominales y otros 32 llegaron al senado por haber quedado en un honroso segundo lugar en las elecciones en que participaron.

Los diputados y senadores plurinominales, son aquellos por los que nadie votó, pero que accedieron a un escaño por el número de sufragios que se adjudicó su partido. Actualmente estos legisladores, la mayoría de ellos incapaces, mediocres e ineptos, nos cuestan a los mexicanos 400 millones de pesos al año.

La mayoría de los mexicanos considera que es dinero mal gastado y tirado a la basura que se paga a diputados y senadores con escasa o nula productividad. Por años, los diputados se han ganado la fama de ser flojos e ignorantes, individuos que llegaron al cargo con base en promesas y engaños y para colmo, su trabajo no se ve reflejado en el bienestar de la gente.

A ello le sumamos el caso de los plurinominales, esos que llegaron con los mismos privilegios de los que ganaron en la elección, pero con la ventaja que no hicieron campaña ni convencieron a los electores.

A los diputados de representación proporcional, generalmente los partidos políticos los eligen por dos razones, la primera porque consideran a los que tienen amplio conocimiento del trabajo legislativo, que tienen buena oratoria y que pueden debatir los temas con conocimiento de causa, ese tipo de perfiles son pocos los que utilizan, mientras que la verdadera razón es que la mayoría de los plurinominales son elegidos por el método del influyentísimo, compadrazgo y complicidad.

Esos espacios son ocupados por los amigos, los familiares, los juniors y otras especies parecidas sin tener ningún mérito ni trabajo político, son en su mayoría, auténticas rémoras. En la gandallez de esos lugares los presidentes de los partidos políticos se quedan con el primer lugar, seguido de sus secretarios generales y funcionarios cercanos.

También se le da lugar a los recomendados de los personajes que aportan recursos, y en algunos casos echan mano de algún funcionario que podría enfrentar problemas con la justicia y son considerados con una pluri para obtener el fuero necesario y no ser detenidos por el tiempo que ocupará un lugar en el legislativo. La desaparición de plurinominales, es una decisión inaplazable que significaría desaparecer con muchos becarios legislativos improductivos.

Basta de derrochar el dinero de los mexicanos y de los duranguenses, urge eliminar gastos innecesarios y enfocarse en las verdaderas necesidades del país y de nuestro estado, pues en la próxima legislatura los diputados plurinominales duranguenses tendrán una beca pagada por tres años para sentarse y aprobar sin razonar.

El pueblo mexicano no puede darse el lujo de seguir pagando el sueldo de zánganos, quienes en las próximas legislaturas y sin el sudor de su frente, solo tendrán que esforzarse para levantar la mano.

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