Pese a algunos agoreros… #FuerzaPresidente
Por: Eduardo Ortega Solano
Se afirmó que el Presidente, hace tiempo había recibido la vacuna VS COVID -19, que se trataba de la vacuna CanSino, el antígeno chino, que el Gobierno de Xi-JinPing, hizo llegar a México 15 mil dosis de prueba, y que para la fase tres se habían inoculado a seis mil mexicanos, entre los que se encontraba el presidente, Marcelo Ebrard, y su círculo cercano. Darío Celis afirmó que ocurrió el 30 de octubre, y así lo escribió en la columna que publicó el 19 de diciembre. El Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) desmintió esta publicación; el periodista ya no fue capaz de presentar alguna prueba o el menor indicio de la veracidad de su afirmación, por lo que esta tan solo quedó en el terreno de la especulación.
El 23 de diciembre, llegó el primer lote de vacunas a territorio nacional, proveniente de Pfizer, esto provocó nuevamente un alud de suspicacias afirmando que “ahora sí el Presidente se había vacunado en lo oscurito”, dando como prueba indubitable; la buena salud del Mandatario, esto, a pesar que en su círculo político más cercano, pululaba el virus, y de octubre a diciembre muchos se habían contagiado. También fomentaba el sospechosismo que a pesar que AMLO no era estricto con la sana distancia y uso del cubrebocas no hubiera enfermado.
El Presidente en reiteradas ocasiones negó el estar vacunado, o pedir un trato especial, ya había mencionado: “Me voy a vacunar siempre y cuando los médicos decidan que me corresponde”. El 24 de diciembre, en la mañanera, nuevamente descartó que fue inoculado o pretender hacerlo antes que llegara su turno y dijo: Hay muchísimas cosas en los medios, muchas mentiras, imagínense cómo me voy a vacunar, yo lo que estoy haciendo es cuidarme, hasta que toque mi turno.
Andrés Manuel, es un convencido que su investidura no debe darle un trato especial, en este pensamiento no permite excepciones; por eso utiliza vuelos comerciales, por eso desmanteló El Estado Mayor Presidencial; por eso es tan fácil abordarlo en cualquier evento, por eso mucha gente lo apoya, y por eso le dio COVID-19. El Presidente es congruente con lo que piensa, es terco, muchas veces peca de necio, debió haber sido vacunado junto con la gente de la primera línea, su persona, es un tema de seguridad nacional, muchas veces ha mencionado: “Ya no me pertenezco” y pudiera tener razón… su ausencia provocaría graves problemas, sociales, económicos y políticos, está obligado a cuidarse en extremo.
El 24 de enero, el Presidente anunció en Twitter que dio positivo a COVID-19, dijo ser optimista y que tiene síntomas leves, que está en tratamiento. De inmediato, algunos detractores aseguraron que no tiene Coronavirus y que se trata de una «cortina de humo», para tapar la crisis económica, social y política que se vive en nuestro país. Otros dijeron que AMLO anticipa el fracaso de Morena, por lo que la noticia de su contagio es falsa, es un intento desesperado, por impedir el debacle de su partido. Pero después de cinco días de ausencia mediática la retórica cambió, los agoreros aseguraron que había sufrido una embolia, otros dijeron que en realidad se trataba de un derrame cerebral, así pues, la red se llenó de malos deseos, incluido el del cardiólogo Diego Araiza; que deseó la muerte al presidente.
El viernes pasado AMLO reapareció en vivo para callar rumores diciendo: “Todavía tengo COVID-19, pero ya los médicos me dicen que está pasando la etapa crítica. Ahora me presento con ustedes para que no haya rumores y malos entendidos; estoy bien, aunque todavía tengo que guardar reposo. Ahora me acicalé, así como estoy, para comunicarme con ustedes, pero no he estado en estos días así”.
Me sumo a los millones de twitteros que han posicionado el Hashtag #FuerzaPresidente.
Twitter: @EduardoOrtegaS