Por: Erick R. Solís Tavizón

Como en todo y como parte de nuestra democracia, siempre habrá personas que estemos a favor o en contra de cualquier tema, y es cuando nos volvemos “expertos” y opinamos solo porque en estos tiempos del exceso de información, o en su caso, de la des-información, que circula en las redes sociales o en algunos medios, así nos lo permiten. Aunado a ello, pongo a su disposición la siguiente metáfora:

Imagine usted amable lector, que es un día como cualquier otro, usted va regresando de su trabajo, y  al llegar a su casa ubicada en calle  “Elba Esther Gordillo”, número 132, en la colonia Del Maestro; al cruzar la puerta se lleva una gran sorpresa: ¡lo han saqueado!, todos sus bienes que consiguió a lo largo de su vida, producto de tanto esfuerzo y trabajo arduo, habían sido robados; sus televisores, recámaras, computadora, celulares, ahorros bajo el colchón, y hasta la casa del perro, se habían llevado; al salir desesperado, buscando un indicio, algún testigo o pista que le ayudara a recuperar sus bienes, o a dar con el ladrón; la vecina de enfrente,  le comenta que lo vio todo, que fue testigo de cómo una camioneta había entrado por la cochera de su casa y que un grupo de cuatro personas lideradas por su primo “Felipe”, lo habían sacado todo, y que bastaron solo seis años, perdón, solo seis horas, para que saquearan por completo su casa.

Como un ciudadano responsable y más que eso, desesperado, acude a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado a presentar su denuncia, en donde amablemente el agente del Ministerio Publico lo recibe y le comenta que pondrá de inmediato a disposición al ladrón ante un juez de control, para que se le enjuicie a la brevedad por haber saqueado su casa y haber abusado de su confianza, porque cabe recalcar, que usted mismo confío en su primo Felipe, prestándole en su momento las llaves de su casa cuando tomó la decisión entre usted, su esposa, sus hijos, sus primos y abuelitos, que sería Felipe el que por determinado tiempo se haría cargo de su casa.

Pasan algunas semanas, y usted no recibe respuesta por parte del agente del ministerio público, al no tener ni en donde dormir, acude nuevamente a las instalaciones de la Fiscalía, en donde por enésima ocasión el funcionario, lo recibe de forma muy amable con algo de resultados, y le dice que, precisamente ya dieron con el paradero del ladrón, y que están acabando de reunir los elementos probatorios para que no exista ninguna falla en el debido proceso y se le pueda enjuiciar, pero le advierte una cosa, que usted debe de estar listo porque gracias a las nuevas formas de impartición y administración de justicia en el país, en cuanto se ponga a disposición a Felipe, se le promoverá un juicio especial, en donde toda la gente mayor de edad y con credencial de elector, podrá votar con la finalidad de que se le enjuicie o no a su agresor.

Usted se sorprende, se molesta y le pregunta el porqué, si hay testigos de que fue Felipe quien lo robó, y que muchos de esos bienes los ha vendido; todo para financiar una tipo guerra o lucha que no tiene ni pies ni cabeza.

Esta historia continuará….

ES Cuanto.

Twitter: @ErickSolisT