Por: Dionel Sena

Lo denunciado la mañana de este martes, primero en redes sociales y después en los distintos medios de comunicación, sobre las pintas hechas al domicilio de una enfermera de la Secretaría de Salud (SSD), en definitiva que nos debe poner a reflexionar como sociedad, pues es inadmisible que nos quedemos callados ante lo ocurrido, pues se trata de un acto discriminatorio plasmado en la Ley, en contra de alguien que a diario, está en el frente de batalla para atender a pacientes con COVID-19, de ahí la imperiosa necesidad de que el hecho como tal no quede impune y que una vez denunciado, se haga justicia en contra de los responsables, lo cual marcaría un precedente muy importante.

Los hechos a los cuales hacemos referencia, ocurrieron en la colonia Francisco Zarco, después de que la trabajadora del sector salud se fue a su centro laboral, por lo que en cuanto el tema subió a las redes sociales, de inmediato se hizo acompañar del repudio generalizado, al grado de que el propio Oscar Chávez, secretario general de los Trabajadores del Sector Salud en Durango, no dudó en asegurar públicamente que no iban a permitir este tipo de amenazas en contra de quien lucha a diario por la salud de los duranguenses, por lo que instruyó a un contingente de dicho gremio para que acompañaran a la afectada a la Fiscalía del Estado para hacer la denuncia correspondiente, pues el tema no es menor y de ninguna manera debe quedar impune.

Lo preocupante del hecho, es que esta no es la primera vez que esta enfermera sufre este tipo de ataques a su persona y a sus bienes, por lo que no sería descabellado que en una primera instancia, las autoridades empiecen a indagar entre vecinos para saber si por ahí está el o la responsable, pues está claro que quien lo hizo, sabe perfectamente a la hora que llega y sale esta trabajadora del sector salud, la que hasta donde se sabe, tiene miedo de que algo le pueda pasar a ella o a su familia, pues la amenaza dice a la letra que donde la encuentren la van a quemar, lo que bien pudiera ser interpretado como una amenaza a su integridad y es ahí en donde las indagatorias deben ser a pulso y tope donde tope.

Como sociedad tenemos la obligación y la enorme oportunidad, de no permitir que este tipo de casos queden impunes, pues además de denunciarlos, debemos exigir que se investiguen y que los responsables paguen por ello, caso contrario estaríamos dando un pésimo mensaje, solapando este tipo de ataques que en nada le abonan a la realidad que estamos viviendo a causa de una pandemia que, nos ha puesto a prueba a todos y que lo mejor que podemos hacer es estar a la altura de las circunstancias, por lo que este tipo de actos de ninguna manera se pueden tolerar y que deben servir de ejemplo para algún otro inadaptado que en el futuro quiera hacer lo mismo, de ahí la imperiosa necesidad de dar con los responsables y así crear conciencia sobre lo que puede pasar si alguien incurre en algo semejante en el corto, mediano o largo plazo.

Twitter: @dionelsena