Por: dionel Sena

No ha pasado ni un mes y ya varias alcaldías acusan problemas por los despidos masivos de cientos de trabajadores que simplemente no entran en los planes de las nuevas administraciones, las cuales -sin decir agua va- les están notificando que ya no es necesario que se presenten a trabajar, pues sus servicios ya no son requeridos, lo que ha desatado distintas manifestaciones en varias zonas limítrofes del estado; apenas ayer, en Tlahualilo, un grupo de exempleados denunciaron el despido injustificado del alcalde Alejandro Rodríguez Belmontes, mismo que al parecer no ha accedido a reinstalarlos en sus puestos de trabajo, pero tampoco a liquidarlos, y para colmo de males todo indica que quiere meter a gran parte de su familia a dicha gestión, lo que también se ha convertido en una constante para algunos debutantes ediles, los cuales todo indica, quieren seguir los pasos de quienes ya no están y de impresentable reputación.

Ya el problema de los laudos lo había acusado el presidente de la comisión de Responsabilidades en el Congreso del Estado, Gerardo Villarreal, el cual dijo que a la larga esto iba a ser un dolor de cabeza para las nuevas administraciones, pues los exempleados van a argumentar despidos injustificados, mismos que de llegar a comprobar, provocará fuerte erogaciones por concepto de indemnizaciones, salarios caídos y liquidaciones conforme a la Ley, lo que vivieron en carne propia algunos trienios que recién acaban de concluir y que gran parte de su gestión se la pasaron pagando esos montos, algunos de los cuales incluso fueron heredados, de ahí la necesidad de resolver esa situación lo más pronto posible y, lo más importante, por la vía de conciliación.

También debe entenderse que los presidentes entrantes tienen sus compromisos y mucha gente a la cual acomodar, misma que seguramente se la jugó con él o con ella en campaña y lo menos que pueden hacer es darles  chamba, de ahí la necesidad de generar espacios laborales despidiendo a quienes venían con el “inventario”, los que sobra decir, no se van a ir en silencio, así que lo más seguro es que muchos casos terminen en tribunales laborales, y que quizá pase todo el trienio y no les resuelvan, lo que provocará que en unos años otros paguen los “platos rotos”, lo cual ya ha ocurrido en el pasado reciente, cuando distintos juzgados fallaron a favor de los extrabajadores, y los montos se dispararon de manera exponencial, dejando impunes a quienes generaron esos problemas financieros.

Habrá que ver qué otros municipios se suman a esta problemática, misma que empieza a extenderse a lo largo de todo el territorio estatal, pues hay casos en los que “los que se fueron” tuvieron el “detalle” de heredar a los nuevos alcaldes a los empleados de confianza, mismos que no fueron liquidados por quienes los contrataron, y que se los dejan a quienes les ganaron o los relevaron en el cargo, los cuales deben buscar los mecanismos necesarios para buscar recursos y liquidarlos, lo que no deja de ser un dolor de cabeza en tiempos en los que el dinero escasea y los recortes presupuestales no son un buen augurio, por lo que habrá ejemplos en los que tendrán que trabajar con esos empleados un tiempo hasta que se hagan de dinero y los puedan liquidar conforme a la Ley.

Agárrense porque esto apenas empieza… 

Twitter: @dionelsena