Un país difícil de gobernar… hay que darle tiempo
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
Para no ir demasiado lejos en el tiempo, los titulares de prensa en los últimos 30 años han variado poco, los temas se vuelven repetitivos y permanentes: Conflictos sociales, corrupción, impunidad, crisis económica, inseguridad ciudadana, confrontación ideológica y social, pobre ejecución del trabajo gubernamental, ocurrencias y payasadas de diputados locales, federales y de senadores, abuso de autoridad, tráfico de influencias… La desconfianza interpersonal e interinstitucional es terrible –por eso las apasionadas polémicas–. Todo el mundo desconfía, se esconden cartas bajo la manga y es poco probable lograr acuerdos. La batalla ideológica nunca termina y vivimos en una permanente confrontación. Como bien reza el refrán popular, cada quien quiere llevar agua a su molino. No se puede decir que todos saben esto. Algunos pueden ignorarlo por falta de información y otros por no tener el alcance para entender su dimensión, lo cierto es que la realidad es muy cruda y además la vivimos y nos golpea a diario. En cualquier conversación que se tiene, se menciona que estamos mal, la gente se pregunta ¿qué soluciones hay, qué nos depara el futuro, qué viene ahora?, son algunas de las preguntas sin respuesta que flotan en ese ambiente de incertidumbre que vivimos. Es difícil que todas las soluciones provengan de Palacio Nacional… pero hay que darle tiempo. Con los antecedentes de las últimas tres décadas, México se ha convertido en un país difícil de gobernar, no sólo porque gobernar es complicado en cualquier parte del mundo, sino por la complejidad social y política que se ha creado en nuestro país. ¿Qué no lo sabía el Presidente?, porque la mayoría de la población sí lo sabe. Darse cuenta de lo difícil que es gobernar, es lo mismo que descubrir el hilo negro. No hay muchos secretos por descubrir. El primero de julio del año 2018, la inmensa mayoría de los mexicanos eligieron a un presidente que entre otras probidades posee conocimiento, conciencia, alcance y capacidad para gobernar. El problema que tenemos ahora, es que el país ha venido cayendo con el paso de los años. El nivel de confrontación es grande, y los eternos intrigantes y oportunistas que quieren seguir viendo al país derrotado, fabrican y promueven escenarios en los que no exista la posibilidad de diálogo y consensos. Gobernar México no es fácil, por eso el Presidente de la República se esfuerza en buscar soluciones. México es país de contrastes, nos falta educación pero tenemos Nobel de Literatura, la gran mayoría de la población vive en estado de pobreza y contamos con el hombre más rico del mundo. Las políticas de ajuste continuarán, se sigue exhibiendo el despilfarro de los últimos años y sacando a la luz profundos y escondidos abusos de poder y corruptelas. No debe ser fácil gobernar un país difícil de gobernar. El pasado del licenciado López Obrador como político y gobernante son garantía -tal es el caso de cuando se desempeñó como jefe de Gobierno de la ciudad de México-, para una gran gestión política, social y económica que traerá beneficio a corto y mediano plazo para todos. ¡Claro que es difícil de gobernar!, sólo hay que darle tiempo, de lo contrario seguiremos viviendo cómodamente como estábamos y cómodamente instalados en un laberinto sin salida y destinados a estar eternamente jodidos.
Email:[email protected]