Una Segunda Opinión… De Manuel Espino y la crisis de Morena
08/10/2019 - Hace 5 años en MéxicoUna Segunda Opinión… De Manuel Espino y la crisis de Morena
Por: Alberto Palacios Z.
Ya en puerta podría estar el nombramiento de Manuel Espino Barrientos como «superdelegado» del Gobierno federal en Durango, tema que se desató aquí hace unas tres semanas (aproximadamente), una semana después se volvió tema nacional, cuando el duranguense fue captado por los medios en Palacio Nacional, donde dijo haber recibido la invitación del presidente Andrés Manuel López Obrador para que lo apoyara en poner orden en nuestro estado (palabras más, palabras menos), y justo la semana pasada ya estaba en territorio local para vislumbrar el reto y comenzar a trabajar, de manera extraoficial.
Espino ayer dio una rueda de prensa en la que aclaraba que él fue invitado por AMLO a ocupar el cargo en la Secretaría de Bienestar, pero que aún no tiene un nombramiento y que la oposición de las legisladoras federales (las cuatro diputadas y la senadora) es un tema que el propio Presidente tendrá que resolver, aun así, él está construyendo alianzas para impulsar a Durango con empresarios locales y nacionales para que le inyecten inversiones a la entidad, y si el Ejecutivo decidiera no oficializar el encargo para darle la estafeta a la diputada Patricia Ortega, él trasladaría todos estos logros a la maestra para que se cristalizaran de todos modos.
Aquí es donde entra el análisis de la situación, donde Manuel Espino, un experimentado político de talla nacional, que llegó a ser presidente del CEN del Partido Acción Nacional (PAN), el que colocó a dicho instituto en su mejor momento histórico, legislador federal, y funcionario de varios niveles de Gobierno, tenemos que compararlo con Paty Ortega, quien apenas inicia en la vida política y no carga con mayor experiencia como funcionaria, pero quien no dudo que tenga la voluntad de hacer las cosas; finalmente, la decisión es de López Obrador y lo que se diga en este espacio o cualquier otro sale sobrando, pero sí hay que ver que el «superdelegado», en los hechos, ya empezó con su labor y veo difícil que se revoque lo que se ha dicho.
Por otro lado, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) está sufriendo una crisis evidente desde que se ganó casi todo en el 2018, y vamos a dejar de lado los nombres y las historias, porque ése no es el problema, el problema ha sido el hambre de muchos morenistas de brillar al ver el mejor momento para ello y renegando de los políticos experimentados que llegaron en su momento a ayudar y que en ese instante, donde se tenía que sumar para ganar, todos fueron bienvenidos, pero luego les creció la creencia del derecho de antigüedad, donde les hirvió la idea de que “yo fui fundador, ahora todo debe ser para mí”, cuando en la realidad esos fundadores nunca lograron nada, es más, para la elección presidencial, ni siquiera sabían organizar a las estructuras que migraron con personajes reconocidos y lo hicieron quienes sabían.
Esa creencia de que “por ser de los primeros, me toca a mí primero”, es la que generó toda la discordia y las traiciones en la elección de 2019, en la que no sólo hicieron perder a su candidato en Durango (uno muy bueno y de incomparable preparación), sino que ellos mismos mancharon la marca Morena y le dieron malos resultados a AMLO como partido; ahora, rumbo a las elecciones internas de dirigente nacional y estatal, esta misma actitud podría quebrar aún más al partido, a menos que estos hombres (en su inmensa mayoría) dejen de lado el ego y reconozcan quién sí tiene las características que necesitan en un líder, alguien que los una, que sepa cómo generar, mantener, incrementar y operar una estructura partidista para que no vuelvan a ponerles “una revolcada” en 2021 y 2022.
@AllenVahnfurer