Ya viene un museo dedicado a John Wayne
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
La economía necesita que se invierta, ya sea por parte del estado o bien, por parte de inversionistas privados, nacionales o extranjeros. La inversión es un componente indispensable para generar demanda agregada, es decir, riqueza. En su constante deseo por que Durango alcance mejores niveles de desarrollo, José Ramón Enríquez no se cansa de buscar oportunidades para nuestro estado; estas oportunidades tienen que venir de inversiones, pero no se compra lo que no se conoce, hay que salir y platicarles a los capitales de inversión de las muchas ventajas y bondades que Durango ofrece. Este tipo de diligencias no las puede realizar cualquiera, se requieren un sin número de requisitos de primerísimo nivel, que, para la inmensa mayoría de políticos de nuestra tierra, prácticamente sería imposible de poder realizar.
Recientemente el senador de la República consiguió que un grupo de inversionistas ingleses se interesaran en un proyecto que pronto se dará a conocer. Enríquez Herrera les pidió a los súbditos de la Reina Isabel segunda que dentro del propósito se contemplara la instalación de un museo dedicado a John Wayne. La respuesta fue un inmediato sí, puesto que nuestros futuros avecindados sabían perfectamente quien fue este famoso actor de películas western. Wayne fue una de las grandes estrellas del cine del siglo XX, con cincuenta años de trayectoria profesional a sus espaldas, un currículum de 181 títulos y varios premios, entre ellos un Oscar al mejor actor en 1969 por Valor de ley (True Grit). Duke como se referían a él sus amigos más cercanos, nació el 26 de mayo de 1907 en Iowa, Estados Unidos. Adquirió este apodo gracias a que desde muy joven lo acompañaba su perro “Duke” a todas partes.
Es así como Mairon Mitchell Morrison, su verdadero nombre, prefirió que lo llamaran como a su mascota. Inició como actor de respaldo, esto en gran parte a su físico, medía 1.93 metros, tenía una apariencia fuerte y deportiva. Es así como su primera oportunidad surge con el rodaje “La gran jornada”, del director Raoul Walsh, que decidió darle un papel por la imagen cautivadora y saludable que le reflejó. Que coincidencia, Raoul Walsh interpretó a Doroteo Arango en la película la vida del General Villa filmada en1914. Situado 44 kilómetros de la ciudad de Durango se ubica el rancho La Joya, el cual perteneció a John Wayne.
El actor, productor y director estadounidense conocido también como “El Centauro del Desierto”, llegó por primera vez a Durango en enero de 1965 para rodar “Los hijos de Katie Elder”; al año siguiente regresó para filmar “Lucha de gigantes” y, en 1969, “Los indomables”. En 1969 Wayne compró el rancho “La Joya” y construyó en él un set a imagen y semejanza de un pueblo del oeste norteamericano, el cual empleo para filmar: “Big Jake”, donde hacía pareja con Maureen O´Hara; “Los chacales del oeste”, que interpretó junto a Rod Taylor, Ann Margret y Ricardo Montalbán y “De su propia sangre”, su último filme en Durango. Después de su muerte, la propiedad de lo que fue este set en donde se llegaron a rodar 14 largometrajes fue heredada por sus hijos. A través de un museo de sitio digno y de primer mundo, las nuevas generaciones tendrán la oportunidad de conocer al personaje que hizo posible que Durango se convirtiera en la Tierra del cine.
Gracias a la visión de José Ramón Enríquez, el “Duke” volverá a cabalgar por las praderas y llanuras de su rancho La Joya.
Email:[email protected]