Santiago Papasquiaro, Durango.-Este jueves inició la Pascua Juvenil 2025, uno de los eventos más significativos de la Semana Santa en Santiago Papasquiaro. Para dicha ocasión se convocó a jóvenes de 13 años en adelante, a vivir el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

El evento fue inaugurado por el párroco Víctor Manuel Solís, mejor conocido como el padre «Batman», quien hizo un llamado a la juventud y a sus familias: “Es una invitación a nuestros jóvenes, a sus padres, a uno de los eventos más significativos de esta temporada. Es una oportunidad para que vivan de cerca, conozcan más y reflexionen sobre el acontecimiento de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo”, expresó.

Cabe mencionar que, la Pascua Juvenil se lleva a cabo en varios puntos estratégicos de la ciudad, para facilitar la asistencia de los jóvenes. Las principales sedes son:

• Escuela José María Morelos, a un costado del Templo Sagrado Corazón de Jesús, frente al Jardín Juárez.
• Santuario Guadalupano (de la iglesia Cristo Rey).

Estas sedes se transformaron en centros de encuentro donde se imparten temas de interés social, acorde a los desafíos actuales que enfrenta la juventud. Desde charlas espirituales hasta dinámicas de integración y momentos de oración, cada jornada está diseñada para fomentar la fe, los valores y el compromiso comunitario.

Con una asistencia creciente, este año la Pascua Juvenil despertó el entusiasmo entre los jóvenes santiagueros, quienes buscan un espacio auténtico para expresarse, reflexionar y compartir en comunidad.

Durante los tres días, los asistentes compartirán alimentos, participarán en convivencias únicas y vivirán momentos de profunda espiritualidad. Este encuentro, no solo fortalece su fe, también siembra semillas de esperanza en una generación ávida de guía y propósito.

La Pascua Juvenil se convirtió en una manifestación de vida, unidad y renovación espiritual. Un testimonio vivo de que la juventud es protagonista en la Iglesia, y que en medio de los desafíos modernos, aún hay sed de dios y espacios para encontrarse con él.

Por: Jesús Martínez