Para sanar una herida que deja la muerte de un ser querido, se requiere de atención especializada, lamentablemente cuando ocurre una muerte violenta es más complicado por diversos factores, es una pérdida no esperada y la forma en que sucedió, así lo dijo la doctora Tony Pulido, directora del Instituto de Tanatología y Prevención del Suicidio.
La especialista externó que es muy fuerte que los padres ven a su hijo salir de casa y después encontrarlo sin vida en una mancha de sangre, «si el deceso ocurrió por algún accidente, se buscará la manera de que el hecho no quede impune, pero cuando ocurre un suicidio, queda un sentimiento de culpa, hay demasiada secuela porque no se tuvo la capacidad para detectar los factores de riesgo, cuando el occiso decía que se quería morir, no se le hizo caso y se le pudo haber apoyado. Cuando hay alguna ruptura de pareja, no se puede minimizar ese tipo de situaciones», mencionó.
Tony Pulido detalló que es importante escuchar a las personas, dejarlos hablar, que expongan lo que sienten y posteriormente buscar soluciones sin juzgar. Reiteró que es fácil detectar a quien tiene la intención de acabar con su vida, comienzan a regalar sus pertenencias, sus objetos más apreciados, se quejan del lugar en el que están estudiando o trabajando, comienzan a publicar en redes sociales frases nostálgicas, depresivas, o toman actitudes de riesgo como el conducir a alta velocidad, consumir productos que les pueden afectar la salud, visitan lugares peligrosos que ponen en riesgo su vida.
Asimismo, la doctora exhortó a los padres de familia a mantenerse muy pendientes de las acciones de sus hijos, «siéntese a platicar con ellos, escúchelos, integré a sus hijos a las actividades cotidianas y conviva frecuentemente con ellos, tiempo de calidad».
Por: Víctor Salas