La competencia desleal es el principal enemigo de los restauranteros agremiados a la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), pues cerca del 50% de los establecimientos operan en irregularidad sin ninguna autoridad que verifique la calidad de los alimentos y por ende suelen tener precios más bajos, explicó la presidenta Adriana Porras.
“No hay quien controle que sus alimentos estén en buenas condiciones y aparte que estén manejados de manera higiénica, adecuada y eso les permite a lo mejor dar mejores precios, pero la calidad y el servicio, pues no se compara. A lo que vemos sí es hasta un 50% somos formales e informales. Los que empiezan probando si les va a ir bien y todo y después ya nunca se hacen formales porque ven la ventaja de estar así”, indicó.
Recordó que la competencia desleal no perjudica únicamente a los dueños de restaurantes y locales de comida, sino también a los trabajadores y clientes, pues estos lugares no cumplen con supervisiones ni de Salud Pública ni de Protección Civil, lo que los mantiene en un riesgo constante.
Además, a esto se suma que muchas veces los trabajadores no cuentan con seguro médico y ganan tal vez el salario mínimo o ni eso, ya que los dueños de estos lugares no cumplen con sus obligaciones fiscales.
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Por: Harimm García