La iniciativa de prohibir la siembra de maíz transgénico en México, promovida por la presidenta Claudia Sheinbaum, representa un paso positivo para la conservación de los materiales genéticos nativos y la biodiversidad del país. Sin embargo, también es urgente que se tomen medidas para incrementar la producción nacional de este grano esencial, señaló Pedro Silerio García, exdirigente de la CNC en Durango.
Importancia de prohibir el maíz transgénico en México
El cultivo de maíz transgénico representa un riesgo significativo para la biodiversidad mexicana, ya que puede contaminar el material genético de los maíces nativos. “Debemos apostar por la investigación y el mejoramiento de nuestras variedades nativas para lograr rendimientos más altos”, comentó Silerio García.
Esta propuesta no solo busca proteger el patrimonio genético de México, sino también fomentar prácticas agrícolas más sostenibles que garanticen la autosuficiencia alimentaria en el futuro.
Incentivos para mejorar la producción de maíz nativo
México enfrenta un desafío crítico en la producción de maíz, ya que es deficitario en este grano. Particularmente, la producción de maíz blanco, utilizado para tortillas, ha disminuido debido a problemas como los bajos precios de garantía y los pagos tardíos a los agricultores.
Se estima que el país podría importar hasta 300 mil toneladas de maíz blanco para satisfacer la demanda, un dato alarmante que refleja la necesidad de generar incentivos para los productores locales.
La solución pasa por invertir en el mejoramiento de las variedades de maíz nativo y por ofrecer mejores condiciones económicas a los agricultores. Esto permitirá reducir la dependencia de importaciones y fortalecer la seguridad alimentaria nacional.
Finalmente, Silerio García subrayó la importancia de aprovechar los materiales nativos y acelerar los procesos de investigación y apoyo a los productores, asegurando que el maíz siga siendo uno de los pilares de la alimentación mexicana.