Durango, Dgo.- Asesinaron a integrante de la dinastía de policías Medina Pérez, pero los restantes continúan en su labor para mantener la tranquilidad de su municipio y estado.

Asesinaron a integrante de la dinastía de policías, Medina Pérez, la que llora por quien falleció en cumplimiento de su deber, pero el resto sigue al pie del cañón.

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La historia

Cuando era presidente municipal Alejandro González Yáñez e inspector general de policía Héctor García Rodríguez, Alfredo Medina Pérez, decidió hacer realidad un sueño que desde niño tenía: ser policía preventivo.

Es por eso que a sus 18 años, ese año 1993, habló con sus padres, Antonio Medina García y Cruz Pérez Ruelas, para comunicarles su intención.

Luego de escucharlo, le hicieron ver que era un trabajo muy peligroso, dialogaron sobre el tema un ratito y al ver que Alfredo estaba decidido a convertirse en guardián del orden público, lo apoyaron, le desearon surte y le pidieron que se cuidara.

Con el visto bueno y bendición de sus padres, Pérez Medina se presentó en «El Mercadito», como le llamaban a la sede de la Inspección General de Policía, ubicado en calle Independencia, donde topa el bulevar Felipe Pescador, el jovencito llegó para solicitar información sobre los requisitos que se requerían para ingresar como policía municipal.

«…solo debe presentarse con pantalón azul u oscuro y camisa en el mismo tono», le dijeron, así es que al otro día regresó vestido con esa ropa.

En esos tiempos, de entre los vehículos que operaban como patrullas, estaba una camioneta marca Chevrolet, gris con azul, otra Dodge, guinda, a la que le decían la ‘Técnica’ y una más apodada, la ‘Ma Singer’, las tres sin rotular.

No se imaginaba que otros 10 de sus familiares también se convertirían en policías

En esos tiempos, Alfredo Medina Pérez no se imaginaba que él solo sería el primero de su familia, de otros 10 que seguirían sus pasos y su ejemplo.

Uno de ellos fue su hermano Esteban Medina Pérez, quien ingresó en el año 2007, y el tercero fue José Juan Medina Pérez, quien causó alta el 19 de junio de  2017.

Pero faltaban por ingresar varios de sus sobrinos, es decir, los integrantes de la segunda generación de esa familia.

Uno de ellos es Francisco Candia Medina, hijo de una hermana, el que también se sumó a sus tres tíos agentes municipales.

Solo que Esteban, como Juan José y Francisco, sí tuvieron que asistir a la academia, para poder vestir el uniforme.

Otros se dieron de alta en la Policía Estatal

Posteriormente, otro de los hermanos Median Pérez, de nombre Mauricio, decidió militar en una corporación, solo que a él le atrajo más la Policía Estatal, quien luego de los cursos correspondientes, egresó como oficial.

En esa misma institución, trabajan también Antonio Medina Sánchez, hijo de un hermano, otros dos sobrinos, Esteban y Antonio Medina, hijos de Esteban.

Un par más de los agentes estatales, son Ricardo Robles Medina y Gustavo Robles Medina, hijos de una hermana de los Medina Pérez.

Sin embargo, no solo los varones escogieron esa labor, sino también una de las mujeres, como lo es Marlene Medina Sánchez, hermana de Antonio.

La dinastía está de luto

Desde distintos frentes, toda esta dinastía contribuyen para mantener la tranquilidad, ya que cuando no unos, otros salen a las calles para mantenerlas bien vigiladas.

Su última misión

Precisamente la noche del viernes, Juan José se subió a una de las ‘Perronas’ y junto con otros tres de sus compañeros realizaban un operativo para detectar algunas pandillas de menores reportadas por los vecinos de la colonia Luz y Esperanza, al mismísimo alcalde Toño Ochoa.

Justo cuando transitaban por el anillo periférico, a la altura de ese asentamiento, varios menores los apedrearon, le pegaron en la cara a Juan José, quien al bajar de la unidad cayó y sufrió otras lesiones, las que horas después le cortaron la vida.

Este lunes, le rindieron un merecido homenaje de cuerpo presente en el edificio de la Dirección Municipal de Seguridad Pública (DMSP), como se llama lo que fue la Inspección General de Policía.  A la que durante seis años y días llegó por su propio pie al pase de lista.

Solo que en esta ocasión, lo hizo enfundado en un féretro y cargado por sus compañeros, mismos que a la hora de que se pase la lista de presente, todos contestaron por él.

Por lo que toca a sus hermanos, sobrinos y sobrina, aunque lo lloran y recordarán siempre, en su honor y memoria seguirán cumpliendo con su deber. Descanse en Paz.

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