Poanas, Durango.- Pidieron 100 mil pesos por no cortarle los dedos a su hijo, pero la mujer solicitó auxilio a las corporaciones policiacas y descubrieron que se trataba de un intento de extorsión.
Donde pidieron 100 mil pesos por no cortarle los dedos a su hijo, es en el municipio de Poanas, Durango, informó la Secretaría de Seguridad Pública.
La historia
La historia de la pesadilla que vivió una familia, pero en especial una mujer de 32 años y su hijo de 14, inició la mañana del viernes.
Esto fue, cuando agentes de la Policía Estatal (PE) de la Estación de Villa Unión, Poanas, Durango, realizaba un recorrido de vigilancia por la comunidad de Los Ángeles.
En un momento dado, le salió al paso una señora de nombre Mariela “N”, de 32 años de edad, la que les pidió apoyo para localizar a su hijo de 14.
Ella explicó que, este viernes como a las 10:00 horas, su hijo salió de su domicilio y poco después recibió una llamada del número 6181468655, a través del cual la amenazaron y le exigieron la cantidad de 100 mil pesos, a cambio de no cortarle los dedos de la mano a su hijo.
Ante esta situación, los agentes de inmediato activaron los protocolos, solicitaron el apoyo de los agentes de la Policía Estatal de la Estación de Vicente Guerrero, así como de la Dirección Municipal de Seguridad Pública DMPSP de Poanas, a través del Mando Único.
Inician la búsqueda
Coordinadamente, iniciaron la búsqueda en los hoteles, brechas y algunas plazas públicas, ya que es la forma de operar de los extorsionadores.
Ene el acto se realizaron recorridos por las localidades de Los Ángeles y Damián Carmona, por lo que, a eso de las 17:20 horas se percataron que, en este tramo, salió de un pozo un joven con las características del adolescente, mismo que se dirigía a unas bodegas.
Es por eso que los agentes lo alcanzaron, quienes después de identificarse comprobaron que se trataba del menor en mención, al cual le explicaron que todo era producto de una extorsión y que amenazaban a su madre.
Revela que lo amenazaron
Enseguida, el menor les manifestó que, al salir de la casa, recibió una llamada a su celular y lo amenazaron con hacerle daño a su madre, así como a sus familiares, si no les hacía caso.
Luego le ordenaron que se ocultara y que no le contestara a nadie más que a ellos, por lo que se asustó e hizo caso a todo lo que le indicaban, hasta que lo localizaron los oficiales.
Finalmente, se le pidió que destruyera el chip de su celular al que le marcaban y que ya no contestara a números desconocidos, para después entregarlo sano y salvo a su madre, quien agradeció a los agentes que le regresaran a su hijo.