Por: Brenda Maurer
En el gremio de abogados hemos batallado con los licenciados «pirata»; por eso le hacemos el llamado a la población que necesita del servicio de un profesional de las leyes a que tengan cuidado porque además estos usurpadores de profesión son los que más caro cobran, expuso el vicepresidente de la Confederación de Colegios y Asociaciones de Abogados de México (Concaam), Gerardo Rojas Favela.
Indicó que es muy lamentable que quienes se hacen pasar por abogados cobren despiadadamente aunque no sepan lo que están haciendo. Estas personas luego son contratadas en las plazas, en la calle, afuera del Tribual, Fiscalía o del propio Centro de Reinserción Social (Cereso). Entonces lo que la gente tiene que hacer es verificar la identidad del “abogado” es mejor que pidan recibo. También puede acudir al despacho porque la Ley de Profesiones de la Secretaria de Educación Pública, exige que el profesionista exhiba su título en su oficina.
Rojas Favela, mencionó que también la población se puede acercar a la Concaam o a la Barra de Abogados, para que ahí les recomienden a alguien o bien les digan si a quien contrataron es un verdadero profesionista y si es honorable para que así tengan la certeza de que a quien ocupen les hará el trabajo que necesitan de principio a fin.
El represéntate de los abogados, reconoció que el problema ha ido a la baja, pero el periodo anterior a lo que fue la Reforma del Sistema Penal Acusatorio, es decir desde hace 10 años a la fecha pues si podríamos decir que, de quienes llevaban asuntos penales el 50 por ciento eran “abogados” pirata. Actualmente el problema se sigue presentado pero es mínimo porque ahora la Ley exige que nos presentemos con cédula profesional sobre todo en los asuntos penales. Antes la Ley solo decía que podías ser asesorado por una persona de tu confianza entonces podía ser el vecino, un amigo, familiar o un abogado.
Finalmente dijo que quienes usurpan una profesión incurre en el delito de fraude y aunque si hay denuncias, pasa que como estas personas son escurridizas pues ya no las localizan.