Por: Antonio Gaytán
«El campo experimental de la manzana en Canatlán se encuentra en el abandono, es muy triste ver las condiciones en las que se encuentra”, expresó el exinvestigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Evenor Cuellar.
Campo que se considera histórico para la fruticultura, no solo para Canatlán y Durango, sino para todo el país por las investigaciones realizadas en el pasado.
Propiedad del INIFAP, en este terreno, durante el siglo pasado, se contribuyó en la creación de la región frutícola.
En 1926 se estableció la Escuela Central Agrícola de Santa Lucía y se formaron los primeros técnicos para la plantación de manzanos; en las siguientes décadas se multiplicaron los huertos.
Incluso, en 1959 se nombra oficialmente al municipio como “Canatlán de las manzanas”.
Para 1974, iniciaron las primeras investigaciones en frutales por parte del ingeniero Luis Aguilar con productores cooperantes, después se continuó en el campo experimental del INIFAP.
Los iniciadores del campo experimental fueron los investigadores Alfredo Luis Aguilar, Guadalupe Carbajal Cadena, Eugenio Guerrero Rodríguez, Jorge Cantú Vega, Mario José Valdés García, Gilberto Treviño de la Cruz y Homobono Aguilar Saldaña.
Este campo del INIFAP, de 1974 a 1988, tuvo importantes logros científicos para la fruticultura. Desafortunadamente, a partir de la década de los noventas se dejó de apoyar la investigación.
En abril de 2019 se anunció que se reactivaría el campo experimental del INIFAP, incluso, se contrató a una investigadora con el objetivo de rescatar material y contar con un banco de geoplasma.
Sin embargo, la reactivación se interrumpió por diversos factores, como falta de recursos y, de manera más reciente, la pandemia de COVID-19.
Es muy triste ver las condiciones en las que se encuentra: Cuéllar
Al recorrer los edificios abandonados, llenos de estiércol porque son usados como corral de ganado bovino, las tierras y árboles están secos, su pozo de agua abandonado y las puertas abiertas porque un camino atraviesa la propiedad. En este sentido, el exinvestigador Evenor Cuellar expresó: “Este es un terreno histórico para la agricultura y fruticultura nacional, no solo para Durango y Canatlán; es muy triste ver las condiciones en las que se encuentra. Lo que vemos es un reflejo de la desorganización de los fruticultores”.
Recordó que el INIFAP en Durango ha tenido extraordinarias aportaciones científicas que han redituado grandes ganancias, sin embargo, no ha habido esa retribución de los beneficiados para mantener la investigación.
Explicó que la falta de investigación ha cobrado factura en la región frutícola, que pasó de cinco mil hectáreas de manzano a solo 800 hectáreas en el municipio de Canatlán. También se tiene huertos en otros municipios del estado, todavía con una pobre producción pero en desarrollo.
Algunos manzaneros de Canatlán están innovando, tratando de reactivar la fruticultura para recuperar esos tiempos de bonanza del siglo pasado, pero son muy pocos.
“Mientras predomine las envidias, el egoísmo, la ignorancia y la cerrazón, y no solamente de los fruticultores, sino también de los gobiernos y de los políticos, pues a ningún diputado o senador le interesa darle un peso al INIFAP para hacer investigación, esto nos afecta a todos”, aseveró.
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