Por: Antonio Gaytán
Veneno en la comida, así se le considera a las toxinas que se desarrollan en los alimentos por un mal manejo de conservación, declaró el doctor Sylvanus Odjo, especialista del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT).
- Sylvanus Odjo tiene a su cargo el desarrollo e implementación de prácticas poscosecha para cereales, centrándose en procesos de almacenamiento óptimo.
- Además, coordina una red de plataformas de investigación del CIMMYT.
En el programa Aquí hay Campo, de Canal 15, el especialista mencionó que las aflatoxinas son producidas por hongos en maíz, cacahuate y frutos secos de cascara dura, como la nuez.
Hongos que encuentran condiciones propicias para desarrollarse cuando los granos se almacenan húmedos y sin la limpieza adecuada; también afecta al silo forrajero y a los animales.
Estos hongos producen aflatoxinas, que pueden contaminar los cultivos en el campo y las cosechas cuando están almacenadas; se les considera una sustancia cancerígena.
Está demostrado que esta toxina que se metaboliza por hongos en el maíz es la fuente responsable de cáncer de hígado en el sierra de Guatemala.
En México, un país con alto consumo de maíz, su proceso de nixtamalización (masa y tortillas) reduce los niveles de micotoxina y aflatoxina.
Sin embargo, son grandes cantidades las que se consumen y, por lo tanto, la sociedad mexicana se encuentra ante un problema crónico y no se sabe cuál es su impacto final en la salud humana.
- Las aflatoxinas y micotoxinas son derivadas del hongo Fusarium, el cual inicia su ataque en campo, con planta verde. Ese nombre se le da en su estado asexual.
- Ya almacenado el grano, el estado sexual del hongo es Giberella zea y Giberella fujikuroi, de ahí la importancia de que en Durango se siembren híbridos resistentes a Fusarium.
- Hongo que, incluso, en el valle de Poanas, está infestado por el manejo en los chiles.
Preocupa el cambio climático, se proyecta un mayor desarrollo de plagas
La inocuidad es un asunto impostergable que deben atender las autoridades y los productores, ya que el cambio climático estará agravando el desarrollo de hongos.
Las plantas son organismos vivos que se defienden cuando un hongo trata de colonizarlas, resisten cuando están bien, pero, cuando sufren de sequía y falta de nutrientes, se debilitan y permiten que las plagas se desarrollen mucho más.
También a causa del calentamiento global existen zonas con menos frío y las plagas no mueren.
“Nos preocupa, se proyecta que las plagas poscosecha migrarán a regiones que antes eran frías, como es el caso de la sierra de Durango, y debemos prepararnos», declaró Sylvanus Odjo.
Además, reiteró que es importantísimo un buen manejo poscosecha y existen algunos como almacenamiento en silo metálico hermético, bolsa plástica hermética, polvos inertes y tambos plásticos, pero primero hay que eliminar exceso de humedad en los granos.
De no hacerlo, se tendrán alimentos con plagas y hongos, los cuales no deben comerse y tampoco darse a los animales porque esas toxinas terminan en la carne.
El exinvestigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Evenor Cuellar, señaló que en Durango, para el manejo de poscosecha, se usan pastillas de fosfuro de aluminio para proteger a los granos de las plagas.
Medida que el doctor Sylvanus Odjo señaló que se trata de un químico que, usado en exceso, también es un veneno que contamina los alimentos.
- Se recomienda usar cuatro pastillas de fosfuro de aluminio por tonelada de granos, pero hay campesinos que usan dos pastillas por bulto de 50 kilos, un exceso.
El exceso de químicos en siembra, desarrollo de plantas y poscosecha han provocado que los insectos sean cada vez más resistentes, complicando el control de las plagas.
Para cambiar esta cultura, posiblemente será necesario que un médico vaya y platique con los campesinos sobre el daño a la salud por las toxinas y los químicos en los alimentos.
“Necesitamos aliarnos con la gente de la salud porque no se trata solo del campo, se trata de la salud de las personas, juntos, agrónomos y médicos, dialogar con los productores”, concluyó.
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