Por: Manuel Díaz 

«La Virgen de Guadalupe curó a mi papá de COVID-19 y salvó a mi mamá de los estragos de un infarto», fueron parte de los testimonios de fe provenientes de personas que llegaron al santuario de Guadalupe; además, un matachín llevó a su hijo recién nacido a danzar para agradecer a la madre de Dios. 

Durante el 12 de diciembre de 2020 se cerraron las puertas del santuario de la Virgen de Guadalupe, debido a los estragos de la pandemia del COVID-19.

«Hoy nos sentimos alegres de que se abrieron los dos santuarios de la Virgen de Guadalupe en Durango; aprovechamos para agradecerle porque salvó a mi madre de un infarto y de la trombosis que padeció hace un mes», compartió Vicky de la Torre.

«Agradezco a la Virgen de Guadalupe por salvarme del infarto. Siento una alegría infinita porque los dos santuarios se abrieron nuevamente este 12 de diciembre», compartió la madre de Vicky.

«Festejar a nuestra madre era sentir el espíritu navideño. El año pasado hasta la pandemia nos quitó ese derecho. Hoy vuelve la oportunidad de agradecer por favores recibidos y disfrutar de las festividades del mes de diciembre», narró la señora Federica.

«Que se acabe por completo la pandemia del COVID-19 es la petición que realizaré a santa María de Guadalupe, para no temer el contagio de la infección en ninguno de nuestros familiares», resaltó Manuel.

La tradición del 12 de diciembre fortalece la fe, sobre todo en estos tiempos tan complicados 

«Es una tradición mexicana y familiar celebrar a la Virgen de Guadalupe; era necesario abrir los dos santuarios que se ubican en Durango», compartió José, quien acudió al santuario con sus seres queridos. 

Con lágrimas en los ojos, la señora María del Carmen platicó que acudió este 12 de diciembre al santuario de la madre de Dios para agradecer por cada una de las bendiciones recibidas durante este año que culmina, en especial, por los factores otorgados a su familia: «Gracias a Dios se vuelven a abrir las puertas de ambos santuarios», expresó.

«Era importante que se abrieran los dos santuarios de la Virgen de Guadalupe, porque es una tradición que no debe de perderse, sobre todo, en los tiempos actuales, en los que casi ya no existe la fe», resaltó la señora Estefany. 

«Danzar descalzo fue la promesa que realicé a la Virgen de Guadalupe; estoy cumpliendo la parte del acuerdo, porque mi hijo nació con bien, tiene unos meses de nacido y lo traigo en brazos, mientras realizo el baile característico de los matachines; se cuenta con el apoyo de la madre del bebé», compartió Osvaldo.

«Desde la parte baja para entrar al santuario, vengo de rodillas para agradecer a santa María de Guadalupe por salvar a mi padre del COVID-19; estuvo alrededor de 15 días hospitalizado por causa de esta infección, pero se salvó y sigue con vida», compartió la señora Yolanda.

El señor Alberto Estrada acompañaba a su hija en la manda que realizó para agradecer a la Virgen de Guadalupe por salvarle la vida del COVID-19.

En lo que respecta a los comerciantes, manifestaron que “No están muy buenas las ventas, pero se está mejor que el año pasado”, como en el caso de la señora María del Carmen, quien expresó que «Ahorita la gente está llevando figuras navideñas de precios económicos; en otros años, primero se vendían las figuras más costosas». 

Grupos de matachines ofrecieron danzas en ambos santuarios de la Virgen de Guadalupe.