Como un pañuelo bordado en amarillo y negro, cientos de tordos cabeza amarilla (Xanthocephalus) son observados en la ciudad.

Dan vida a bulevares aburridos por el ruido constante de los vehículos, pero por la ventanilla del auto el conductor o sus acompañantes pueden disfrutar, aunque sea por unos minutos, este espectáculo.

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Esta ave, que es distinta al pecho amarillo, está de paso en México, indicó Olivia Rojas, fotógrafa observadora de aves.

El elegante tordo cabeza amarilla regresa al norte de América en marzo, pero antes inverna en diversos estados mexicanos, uno de sus favoritos es Durango.

Se perchan en árboles de bulevares conocidos, así como en cables de la luz. En Durango, su principal dieta son granos que se encuentran en el Valle del Guadiana, explicó la observadora.

Sin embargo, a su paso por México en esta temporada se registró un fenómeno poco usual, se trata de la muerte de cientos de aves. El primer hallazgo de tordos muertos fue el 24 de febrero, posteriormente hubo un par más, reportados en los bulevares Francisco Villa y Domingo Arrieta.

Podría ser que «se estén envenenando en los campos a donde salen ellos a buscar su alimento», refirió la observadora al mencionar que no se puede establecer solo una causa de la mortandad de estas aves.

En otras partes del país también murieron

Olivia Rojas recordó que en 1987 se registró una mortandad muy alta en el Estado de México, también recientemente en Guanajuato sucedió algo similar.

De acuerdo con información consultada en la Secretaría de Recursos Naturales del estado, hasta este 11 de marzo no concluían los estudios para determinar la causa de muerte de las aves en Durango.

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Pero se informó que quedó descartada la gripe aviar, no obstante, no se conoce porque murieron.

Existe una teoría que se ha fortalecido con algunas pruebas recabadas por las autoridades locales, se trata de un posible envenenamiento de las aves al alimentarse. Tal vez por la toxicidad de los cultivos fertilizados con diversos químicos.

Dicha teoría es respaldada por los observadores de aves que saben en donde se alimentan los tordos. «Cuando  salimos a observarlos normalmente los vemos en campos de cultivos, ahí puede ser una infinidad de factores que estén sucediendo para que ellos se estén intoxicando», dijo la entrevistada.

En 2016, en Guanajuato, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizaron un estudio para conocer la causa de muerte de decenas de tordos, que aparecieron muertos en vialidades de Irapuato.

Ellos descubrieron que las aves murieron por deshidratación, debido a las altas temperaturas que registraba esa ciudad, no por envenenamiento por contaminación.

En el caso de Durango se prevé que la próxima semana concluya el estudio para conocer la causa de la muerte de cientos de tordos.

Sin embargo, es muy probable que estas aves como otras especies, padezca las consecuencias de la destrucción del hábitat.

La fotógrafa de aves, quien además pugna por la conservación de las mismas, comentó que recientemente le compartieron un video donde unas garzas ganaderas pelean con un tordo cabeza amarilla. Una situación que dijo «es normal; al ver el tordo que no hay espacio donde percharse, claro que van a pelear por el lugar», sostuvo.

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Su estatus de conservación 

El estatus de conservación del tordo cabeza amarilla no es preocupante, pero la fotógrafa destaca la importancia de respetarlas y cuidarlas ya que en ocasiones las personas se molestan porque éstas aves se perchan en viviendas.

«Qué debemos hacer, pues no molestarlas simplemente, si las vemos perchadas en nuestros techos, porque les gusta mucho ya que son aves sociales; después de eso van y se perchan a los árboles», explicó.

Existe un Tratado sobre Aves Migratorias, en el que se encuentran Estados Unidos, México y Canadá, pero este no ha podido evitar que a su paso por diversos lugares, las aves sufran o mueran.

Olivia Rojas alertó que «necesitamos protegerlas, aquí todavía las podemos disfrutar como lo estamos haciendo ahorita; de hecho es la temporada pico de la migración».

Faltan unos días para que el tordo cabeza amarilla regrese al norte de América de dónde no volverá hasta el próximo invierno.

Mientras tanto se espera que las autoridades locales informen sobre la causa de muerte de los cientos de tordos, para que a su regreso, estas aves no encuentren las mismas condiciones y se preserve su especie.