Panamá.- El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha generado controversia al descartar la repatriación «a la fuerza» de los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.

En una rueda de prensa reciente, Mulino declaró que Panamá no puede meter a los migrantes presos ni repatriarlos de manera coercitiva, contradiciendo sus afirmaciones anteriores en las que prometía devolver a sus países de origen a quienes cruzaran la selva del Darién. A pesar de esto, el mandatario enfatizó que la decisión de seguir hacia Estados Unidos será de los propios migrantes.

Durante su campaña electoral, Mulino prometió cerrar la ruta del Darién si resultaba electo, con el objetivo de evitar que Panamá se convirtiera en un camino para miles de personas que ingresan ilegalmente al país. Sin embargo, su postura ha ido evolucionando, llegando a un punto en el que ahora se reconoce la necesidad de permitir que los migrantes continúen su trayecto hacia Estados Unidos.

El pasado jueves, Panamá firmó un acuerdo con Estados Unidos en el que Washington se comprometió a aportar seis millones de dólares para financiar las repatriaciones y otros gastos relacionados con la migración. Aunque Mulino aseguró en el pasado que devolvería a su país de origen a cualquier persona que llegara a Panamá, su ministro de Seguridad, Frank Ábrego, ha suavizado el discurso al reconocer que, en ciertas situaciones, no queda más remedio que permitir que los migrantes continúen su travesía.

La ruta del Darién, a pesar de sus peligros que incluyen ríos caudalosos, animales salvajes y bandas criminales, ha sido utilizada por más de medio millón de personas en el año 2023. Entre los migrantes se destacan principalmente venezolanos, haitianos, ecuatorianos, colombianos y chinos, quienes arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor en Estados Unidos.

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