Lo primero que hay que saber diferenciar es que un talismán no es un amuleto.

Generalmente, se piensa que son la misma cosa: un objeto que posee unas propiedades mágicas, ya sea para atraer la suerte o el amor, repeler malas energías y momentos negativos, protegernos del mal.

Entendida la diferencia entre uno y otro, habrá que considerar por qué los talismanes son realmente objetos de culto, con poderes propios y sobrenaturales. Un talismán debidamente preparado se relaciona directamente con la garantía de protección a quien los lleva, ya que entonces debe atraer la buena suerte y alejar las energías negativas y los demonios.

Los talismanes (del árabe tilasim, o del griego telesma, “iniciación”) son objetos físicos, de origen mineral, vegetal o incluso animal que tradicionalmente se utilizan para cargarlos de una determinada intención, ejemplo, los cuarzos o piedras preciosas se asocian a signos zodiacales, las patas de conejo y los tréboles de cuatro hojas a la buena suerte, al igual que los pentagramas, rosarios, etc.

Los amuletos o talismanes siguen estos principios:

Base Física

Puedes elegir alguna piedra que vaya acorde a tu signo zodiacal, o incluso una piedra que te encuentres en algún lugar de significado especial para ti. En realidad no importa si es un objeto costoso o no, siempre y cuando puedas conectar con su presencia y con una intención concreta, peso, olor, etc.

Transmitirle la Intención

Toma unos minutos cada día durante una semana para meditar, rezar, sahumar, etc utilizando tu base física. Si crees en algún dios, ángel, santo, protector, etc imagina que su energía envuelve tu base física. El mensaje que le estás mandando a tu Ser Interno es que la base física del amuleto está conectada con lo invisible a través de una intención, deseo o emoción positiva (suerte, salud, amor, etc.).

Polaridades

Puedes pensar en los amuletos como baterías como la que utiliza tu teléfono celular, las cuales se cargan y descargan. Por eso, al principio es necesario tener cerca el amuleto en los momentos felices, y alejarse de él cuando te sientes triste. El amuleto debe “absorber” tus mejores intenciones y emociones.

Consagración o Sellamiento

Según el tipo de material que elijas, se aconseja “sellar” la intención a través de alguno de los cuatro elementos, la tierra, el agua, el aire o el fuego. Déjate llevar por tu intuición o por un determinado ritual; el elemento sirve que elijas sirve para sacralizar el pacto entre tú y tu amuleto (en un sentido como el del bautismo, que es un sello de agua).

Por último, recuerda esta anécdota del científico y premio Nobel Niels Bohr, quien afuera de su cabaña en las montañas tenía colgada una herradura. Cuando sus colegas de la comunidad científica o visitantes veían ese «objeto», le preguntaban si era supersticioso y si creía en “esas cosas”, a lo que Bohr replicaba que no, puesto que él era un hombre de ciencia, “pero he escuchado que hay cosas que funcionan incluso si no crees en ellas”.

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