El 2 de noviembre se celebra el Día de Muertos en México, la festividad más mística del año y en la que se cree el mundo de los vivos y los muertos se une a través de un puente espiritual, por lo que es la oportunidad perfecta para reconciliarte con los seres queridos que ya no están en este plano.

En los hogares mexicanos se acostumbra levantar altares con la fotografía y platillos que más agradaban a su ser querido fallecido. Se complementan con velas, calaveritas de azúcar y flores de cempasúchil, entre otros elementos tradicionales.

Esto porque se cree que el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, los niños que han trascendido al plano espiritual regresan al plano terrenal para visitar a sus familiares y los adultos hacen lo propio el 2 de noviembre.

El significado de esta fecha es perfecto para reconciliarte con tus seres queridos si es que dejaste algún pendiente con ellos y consideras que éste no deja descansar a ninguno de los dos.

¿Qué necesitas para el Ritual de Día de Muertos?

Los materiales que necesitamos son sencillos de recolectar. Únicamente ocuparemos una copa llena con agua, la fotografía de nuestro ser querido, una campana, un objeto que le gustaba a la persona o algo que lo simbolice, sal rosa o del himalaya, dos velas blancas y flores frescas.

Cómo hacer el Ritual de Día de Muertos

Coloca la fotografía y la copa llena con agua en tu ofrenda de Muertos o en el sitio donde acostumbras poner todos tus objetos espirituales, ahí es donde está concentrada la energía que necesitaremos.

Posiciona enfrente de la foto la campana y tócala. Con el sonido que emite se va a llamar al alma de la persona y los seres de luz.

Prende con un fósforo las dos velas blancas, estas simbolizan el inicio de un nuevo ciclo y le mostrará a tu ser querido el camino hacia la luz, y ubícalas también en el altar. Ahora pon en un recipiente de vidrio las sales para purificar su camino y colócalas frente a la foto. Agrega el objeto que simboliza lo que le gustaba a tu ser querido, si no encontraste el adecuado, puedes poner un chocolate o un dulce.

Posiciónate frente al altar, respira profundo y háblale desde tu corazón. Dile lo que no le dijiste en vida, exprésale cuánto la amaste y lo que más te gustaba de ella. Puedes agregar a tu rezo lo que consideres necesario, solo procura que sean cosas positivas. Para finalizar, despídete y dile que continúe con su camino.

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