Tlatelolco.- Un grupo de médicos y enfermeras se reunió en las instalaciones de la Torre Insignia de Tlatelolco; en la alcaldía Cuauhtémoc. Todos ellos iban con un fin común; salvaguardar su porvenir.

Los médicos contratados para atender las unidades temporales COVID-19 se manifestaron en la Ciudad de México, con la determinación de exigir plazas definitivas dentro del sector salud público.

Allí también denunciaron su despido tras el cierre de la Unidad Temporal COVID-19 en el Centro Citibanamex. Y como lo dicen sus pancartas «Ayer héroes, hoy desempleados» haciendo constatar la frustración que están viviendo por la falta de empleo creciente; siendo que cuando requirieron de sus servicios se busco toda oportunidad posible para colaborar.

El pasado 11 de junio la la jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, entregó reconocimientos a los más de tres mil trabajadores sanitarios que atendieron a pacientes COVID-19 en el Centro Citibanamex.

Otro grupo de trabajadores sanitarios hizo lo propio en la explanada del Zócalo capitalino, ante su salida del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

Afectados

Juan Daniel Cázares Hernández recibió, el pasado 20 de noviembre, la condecoración Miguel Hidalgo; en grado cruz, “por sus méritos eminentes y conducta destacadamente ejemplar en la atención de la emergencia sanitaria por COVID-19”, según se lee en el reconocimiento.

Lo que no obtuvo por esa labor fue un empleo fijo. El médico general estuvo laborando durante un año en la Unidad Temporal Citibanamex. El 29 de abril le avisaron, a través de un mensaje de WhatsApp, que ya no tendría trabajo.

Después de doce meses de atender a los afectados por el coronavirus, de recibir la condecoración y de pasar 15 días hospitalizado por COVID en el mismo Citibanamex, Juan Cázares no recibió una explicación sustentada de por qué justo a él la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa) con la que había estado firmando sus contratos lo estaba dejando sin empleo.

Cázares asegura que Mónica Arboleya, coordinadora de Vinculación Clínica en la Unidad; le explicó que, por instrucción de Sedesa, cada 15 días habría bajas al azar.

El hospital temporal ya tenía menos pacientes, estaba próximo a cerrar y se les reubicaría, aunque eso ya no dependería de ella, porque ya no estaría en los hospitales de la Secretaría de Salud. La reubicación no llegó, al menos para Juan y otros aproximadamente 30 de sus compañeros, que salieron en esos primeros grupos dados de baja.

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