El miedo a la libertad
Muchos le tienen miedo a la libertad, la propuesta de Fromm está fundada en la idea de que las relaciones del hombre se encuentran siempre en movimiento.
Su conducta y su creatividad no serán más que el resultado del proceso de cognición social, las inclinaciones humanas, tanto las más bellas, así como las más repugnantes, no forman parte de una naturaleza humana fija y biológicamente dada, sino que resultan del proceso social que crea el hombre.
En este mismo orden, la existencia de la sociedad que reproduce y lo reproduce es indispensable para la vida, pues el hombre no puede existir sin formas de cooperación, es decir, el hombre requiere de los otros y de la sociedad misma para desarrollarse, esto le generará la conciencia de la otredad y, por ello, se sabrá diferente.
Esta diferencia estará presente en toda su vida, sin embargo, se adaptará de forma dinámica a las necesidades sociales de la situación, pues es regla fundamental de la vida en sociedad cumplir normas y conductas que le permitan relacionarse con el mundo exterior.
Ahora bien, el hecho de saberse diferente no significará que se aleje de las reglas impuestas, sino todo lo contrario, generará en él un deseo inmensurable de pertenencia, la pertenencia le hará someterse a más reglas y conductas que limitarán aún más su libertad.
Fromm nos dice respecto del proceso de crecimiento de la libertad humana: se trata de un proceso de crecimiento de su fuerza e integración, de su dominio sobre la naturaleza, del poder de su razón y de su solidaridad con otros seres humanos.
La libertad creciente significa aumento paulatino de su inseguridad y aislamiento.
Al encontrarse aislado e inseguro, el hombre se convertirá en un ser superfluo que transitará por la impotencia y frustración de la supuesta libertad adquirida.
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