Fauno tenía una apariencia extraña y desagradable. Sus piernas y sus pies eran de macho cabrío. También tenía cuernos y unas orejas puntiagudas de animal.
Uno de los aspectos que más caracterizó al Fauno fue su tendencia a enamorarse y no lograr ser feliz. Siendo muy joven, se enamoró de la ninfa Sírinix, que no lo apreciaba en absoluto.
Desdichas y glorias
Cuenta el mito de Fauno que este habitaba en el bosque y estaba en contacto continuo con las ninfas. Ellas se sentían muy agradadas con el sonido de su flauta y se reunían a escucharlo. En medio de esas reuniones, este dios se enamoró de otra ninfa: Pitis.
Aquilón también estaba enamorado de Pitis. Este era el dios de los vientos del Norte y su apariencia era la de un anciano con el cabello desordenado. El corazón de la ninfa le pertenecía al Fauno, pero Aquilón no lo aceptaba. Así que, en un arranque de celos, sopló fuerte y la arrojó por un acantilado.