Trata por igual al rico que al pobre
“Los malos se inclinarán delante de los buenos, Y los impíos a las puertas del justo. El pobre es odioso aun a su amigo, pero muchos son los que aman al rico, peca el que menosprecia a su prójimo, mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado. ¿No yerran los que piensan el mal? misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien”, así dice el proverbio.
¿Le ha pasado a usted que, cuando viene una persona importante a nuestra casa preparamos lo mejor que tenemos y arreglamos la mesa con nuestra mejor vajilla, pero cuando viene alguien con menos “bienes o intereses” no prestamos mucha atención a esos detalles?
Aunque no lo hagamos intencionalmente, pero lo que estamos haciendo es acepción de personas, tratamos a unas con mucha importancia a otros no, y más cuando nuestros huéspedes pueden tener diferencias de bienes entre ellas. Tenemos una tendencia común, pero no correcta, a tratar a las personas con diferenciación dependiendo de su estado social, político o económico.
El dinero o las riquezas influyen nuestra manera de comportarnos con los demás, cuando existen intereses de por medio, muchos miramos a las personas con riquezas de una manera que nos atrae, buscamos en sus bienes nuestros propios intereses y en lo que ellos nos puedan beneficiar, por lo que nuestra amistad o relación está basada en sus bienes, mas no en la persona en sí.
Por otro lado, al pobre, a la persona que no tiene dinero o que no puede ofrecerme “ningún bien”, a ellos no lo consideramos valiosos, muchas veces esas amistades no prosperan porque no me trae algún beneficio, y eso es discriminación.
Ahora, si usted es rico, las personas lo buscan muchas veces, no por quien es usted, sino por su propio dinero; ellos están esperando a ver que les puede ofrecer, pero si usted es pobre o de pocos recursos, las personas que están a su lado no lo estiman porque no lo consideran “valioso”.
Por si te interesa: Hoy no es un día cualquiera