Cuando olvidas algún suceso importante, información que te dieron recientemente, el nombre de una persona o algún objeto, una de las cosas que viene a tu mente mayormente es que tienes Alzheimer, pero, ¿Cómo saber si en algún momento de la vida tendré Alzheimer? y es que el Alzheimer borra hasta lo que creíste que no olvidarías.
El Alzheimer es un padecimiento que afecta a las células del cerebro, es decir, las neuronas, las personas que sufren de ella tienen afectaciones a la memoria, la orientación, el lenguaje, el aprendizaje, entre otras.
Se estima que en México hay cerca de 800 mil adultos mayores que padecen esta enfermedad neurodegenerativa.
Mientras que a nivel mundial existen alrededor de 48.6 millones de habitantes que sufren de este padecimiento.
Señales de advertencia del Alzheimer
Existen ciertas señales o advertencias que pueden ayudar a las personas a descubrir que padecen de Alzheimer.
Sin embargo, cada individuo es diferente por lo que no siempre suele presentarse la misma sintomatología.
Las personas adultas pueden olvidar en ocasiones los nombres de personas o acontecimientos importantes y recordarlos después. Si comienzan a hacerlo con mucha frecuencia puede ser un indicador de que sufren de esta enfermedad.
Otra advertencia es comenzar a tener dificultad para solucionar problemas, para seguir recetas que ya se tenía memorizadas, realizar cuentas o trabajar con números.
Así mismo, quienes presentan dificultades para llegar a lugares que conocían, para hacer actividades normales en su empleo o en casa, recordar las reglas de juegos comunes, existe la posibilidad de que padezcan Alzheimer.
De igual manera, las personas con este padecimiento suelen estar desorientadas en cuanto al tiempo y lugar, es decir, se olvidan de la fecha, acontecimientos importantes, así como de donde están y como llegaron ahí.
El tener problemas con la vista, por ejemplo, para leer, para diferenciar colores o para determinar distancias, son otras señales que pueden alertar a las personas sobre el posible padecimiento de esta enfermedad.
Por otra parte, quienes tienen Alzheimer, comienzan a tener problemas para formar parte de una conversación.
Pueden estar hablando y de repente dejar de hacerlo porque se olvidaron de lo que estaban diciendo, por lo contrario, también sucede que repitan muchas veces lo mismo.
En ocasiones se les dificulta el recordar las palabras correctas para expresarse, por lo que llaman a los objetos con nombres incorrectos, por ejemplo, “palito para escribir» a un lápiz.
¡También pueden levantar falsos!
El Alzheimer borra en ocasiones de la mente de las personas donde colocaron ciertos objetos.
Además, cuando la enfermedad avanza les puede ser imposible recordar donde los dejaron, incluso pueden llegar a acusar a los demás de haberles robado.
Quienes tienen Alzheimer, también suelen experimentar cambios en su toma de decisiones.
Así como, el descuidar su aseo y aspecto personal o el perder el interés por realizar actividades cotidianas dentro de su trabajo o pasatiempos.
Cambios de humor
Los cambios de humor, también suelen ser un síntoma de quienes tienen Alzheimer.
Las personas que tienen esta enfermedad pueden estar deprimidas, ansiosas o temerosas y pueden enojarse con facilidad.
Si tú o alguna persona cercana presenta alguna de estas señales no debe ser ignorada, lo correcto sería que se acudiera al médico para comprobar si se padece Alzheimer.
De igual manera el detectar el padecimiento en una etapa temprana sirve para que se puedan experimentar diferentes tratamientos, los cuales podrán ayudar mantener un nivel de independencia por más tiempo.
La vida con Alzheimer
La madre de la señora Marisela Contreras fue diagnosticada con Alzheimer en 2016, cuando tenía 78 años, el padecimiento comenzó dos años antes.
Los primeros indicios que llevaron a su hija a sospechar que su mamá padecía de esta enfermedad fue que olvidaba frecuentemente donde dejaba las llaves.
De igual manera en una ocasión dejó la tarjeta del banco en el cajero y lo recordó hasta tres días después.
Cuando la paciente fue diagnosticada no aceptaba que estaba enferma, consideraba que los olvidos que le sucedían eran normales.
Mientras que su hija ya se imaginaba que su mamá padecía dicha enfermedad. Debido a que su abuela también la había padecido, y empezó a notar que su madre presentaba síntomas similares a los de ella.
“Ahora yo soy la mamá, ella es la hija”
Actualmente, su madre no tiene noción del espacio, ni del tiempo, en cuestión de pocos minutos suele olvidar lo que está haciendo.
Su hijo menor la apoya frecuentemente con el cuidado de su abuela, también sus dos hijas mayores están siempre al pendiente de ella.
Cuando la señora Contreras tiene que salir, ellas saben que medicamento le corresponde a cada hora, de igual manera, saben que deben estar al pendiente de la puerta para que su abuela no salga de casa.
La paciente se ha perdido en un par de veces, “hace dos o tres años todavía manejaba, y en varias ocasiones la tuvimos que ir a buscarla porque no sabía dónde estaba”.
Entre los cuidados que la familia de la paciente toma es el no tener objetos peligrosos para ella o para quienes la rodean, ya que presenta ataques de ira.
La paciente es autosuficiente y puede caminar sola, por lo que como se mencionaba anteriormente, siempre están al pendiente de la puerta para que no salga de casa, pero no la cierran porque la paciente entra en ansiedad.
En cuanto su alimentación, no se sigue una dieta específica, sin embargo, la señora Marisela trata de darle tres comidas al día y colaciones intermedias.
La paciente no tiene sensación de saciedad, en ocasiones come y al poco tiempo quiere hacerlo de nuevo, también puede pasar muchas horas sin consumir ningún alimento.
Efectos secundarios
Debido a los efectos secundarios del medicamento que consume, la paciente presenta movimientos similares a los del Parkinson en el brazo derecho, al igual que depresión.
Hasta ahora, la madre de la señora Contreras reconoce a las personas que viven con ella y a sus hermanos.
Sin embargo, a sus sobrinos los conoce solo por la voz, en algunas ocasiones ya no los ha identificado físicamente.
En la casa la paciente ayuda a realizar actividades como a poner la mesa, lavar los platos y en algunas ocasiones a picar fruta.
Finalmente, la señora Marisela les dice a los familiares de los pacientes que al igual que su mamá sufren este padecimiento, que lo primero es aceptar la enfermedad y recomienda que estén informados del tema.
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