La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México pidió a las autoridades canadienses que aclaren las circunstancias de la muerte de Carlos Aranda Burgoin, un joven mexicano que el Lago Osoyoos se tragó sin vida, después de desaparecer por más de un mes.

La canciller Alicia Bárcena informó que la familia de Aranda ha recibido todo el apoyo, tanto en el aspecto legal como en el consular, y que ella se ha reunido personalmente con el padre del fallecido, Octavio Aranda, en dos ocasiones.

Bárcena aseguró que el Gobierno de Canadá ha colaborado con México en el caso, pero que ella espera una “conclusión contundente” sobre las causas de la muerte del joven, que estudiaba en Vancouver.

Carlos Aranda desapareció a principios de julio, y tras una intensa búsqueda, encontraron su cuerpo el pasado 16 de agosto en las aguas del Lago Osoyoos

Según medios locales, la policía canadiense no ha revelado detalles sobre la investigación, ni ha confirmado si se trata de un homicidio o un accidente.

La familia de Aranda ha expresado su dolor y su indignación por lo ocurrido, y ha exigido justicia para esclarecer el caso.

Sin embargo, la familia también ha cuestionado la actuación de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP), que afirmó que el cuerpo hallado era el de Carlos sin tener pruebas científicas ni realizar una necropsia.

El padre de Carlos viajó a Canadá para identificar el cuerpo y solicitar pruebas de ADN, pero se encontró con que la policía había emitido un dictamen basado en un experto en fotografías forenses.

“La policía de Canadá se atrevió a afirmar que el cuerpo que habían encontrado era el de mi hijo y lo hicieron con base en un experto visual que con fotografías e imágenes checaron que era el cuerpo de mi hijo”, dijo Octavio Aranda a Radio Fórmula.

Aranda calificó de “irresponsable” y “falta de profesionalismo” a la RCMP, y dijo que violó los derechos humanos de su hijo y su familia.

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