Un clima de caos y violencia se vivió este lunes en la capital de Guerrero, donde pobladores de los municipios del Circuito Río Azul se manifestaron para exigir justicia por los asesinatos de cinco conductores de transporte público a manos del grupo criminal Los Ardillos, que opera en la zona.
Los manifestantes bloquearon con piedras y palos la carretera federal México-Acapulco y la Autopista del Sol, a la altura de Petaquillas, e hicieron frente a las fuerzas policiales que intentaron desalojarlos. En el enfrentamiento, los pobladores lograron despojar a la Policía Estatal de un camión blindado llamado “rinoceronte”, con el que se dirigieron hacia la Ciudad de México.
Los policías estatales y los elementos de la Guardia Nacional resultaron superados por los inconformes, que además causaron daños a varios vehículos y lesionaron a algunos agentes
Los hechos violentos comenzaron alrededor de las 11:00 horas y hasta el cierre de esta edición ninguna autoridad había emitido un pronunciamiento al respecto.
La protesta se originó luego de que el fin de semana se registrara una ola de violencia en Chilpancingo, atribuida a Los Ardillos, que dejó un saldo de cinco choferes muertos, dos de ellos calcinados, y cuatro vehículos incendiados. Este grupo delictivo habría sostenido una reunión con la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, presuntamente para pactar la paz en la región, lo que generó indignación entre los habitantes.
La situación en la capital de Guerrero es de tensión y miedo, pues las calles están desiertas, los comercios cerrados y el servicio de transporte público hacia Petaquillas suspendido por tiempo indefinido. La seguridad está a cargo de la Policía Estatal, la Guardia Nacional y las secretarías de Marina y Defensa Nacional, que realizan recorridos y puntos de revisión en algunos lugares.
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