Cuando algo hermoso termina
No soy ajeno a los finales. Siempre es así; se te acercan sigilosamente hasta que te miran directamente a la cara, rogándote que desafíes el hecho de que no puedes hacer nada al respecto.
Es casi cruel enfrentarse al final sabiendo que la permanencia es un buen truco que inventamos para que las cosas parezcan estables.
Sientes una opresión en el pecho, una fuerza invisible que se aferra a tu corazón, y sabes que el final de algo está aquí.
No puedes hacer nada al respecto más que detenerte y observar. Porque cuando nos damos cuenta de que algo ha terminado, cuando finalmente podemos entender el hecho de que ya está hecho, ya se ha ido.
A menudo, los finales llegan sin previo aviso y sin previo aviso. Cuando lo que está terminando es difícil, cuando el final es algo que necesitas, es más fácil de tragar.
Pero cuando algo hermoso llega a su fin, es imposible desanimarse. ¿Cómo puedo aceptar que esto es todo? ¿Cómo puedo dejar pasar esto?
Es duro. Es como ver la puesta de sol más grande del mundo, deseando activamente que los colores se queden y tu deseo de que nunca se aparte de tu vista hará que se detenga.
Pero el sol se hundirá debajo de la tierra y los colores se desvanecerán y la puesta de sol nunca volverá a verse así. No importa cuánto quieras que se quede, no puede. No querría.
Cuando algo hermoso termina, debemos apreciar el hecho de que pudimos experimentarlo. Es un tipo extraño de tristeza, saber que algo puede no ser necesariamente malo, pero tampoco necesariamente correcto, razón por la cual tiene que irse.
Tenemos que aceptar que estas cosas no estaban destinadas a quedarse, no para siempre, y no por ahora.
Estaban destinados a ser lo que eran, algo hermoso pero temporal, pero nunca destinados a ser nuestros por mucho tiempo.
Cuando algo hermoso termina, debemos recordar que tenemos la fuerza para dejarlo ir. Deberíamos saber que podemos soportar alejarnos y dejar esto atrás.
Debemos saber que tenemos la capacidad de mantener nuestros ojos fijos en el futuro, sabiendo siempre que algo igual de bueno, si no mejor, vendrá en nuestro camino.
Cuando algo hermoso termina, debemos sonreír ante los recuerdos que conservamos. Deberíamos reírnos de nosotros mismos por creer que tenemos mucho más control sobre la vida del que realmente tenemos.
Y debemos buscar hermosos comienzos y el comienzo de algo nuevo.