El arte de curar realmente
El tiempo cura todas las heridas. Es cierto. Pero, ¿cuánto tiempo lleva? Solía pensar que me curaría después de cierto tiempo. Ese no es el caso en la vida.
La curación no tiene una línea de tiempo. Creo que la curación ocurre de maneras que no entendemos.
Algunos días puedes sentir que estás en la cima del mundo y que el pasado quedó atrás, mientras que otros casi sienten que no hay futuro por delante.
La mayoría de las veces no sentimos que nos estamos curando, pero lo estamos, poco a poco todos los días. La curación es difícil. Algunos días los “por qué” te destruirán y estarás desesperado por respuestas que no existen.
Otros días retrocederás hasta el principio y sentirás que no ha habido progreso. Incluso en los días en que sientes que la corriente va en tu contra y sientes que te estás ahogando, debes saber que no es así.
La curación no es simple. No pones una marca de verificación al lado de una lista. No es una línea recta o blanco y negro.
Es una montaña rusa, sube y baja. La curación no es bella ni poética. Es desordenado y puede ponerse feo.
Puede romperse y ser agudo y doloroso. Pero también están esos momentos en los que eres libre y esperanzado, incluso cuando pensabas que no te quedaba ninguna esperanza.
En los días buenos, notarás a las personas que te aman y luchan por ti. Te sentirás apoyado y tan querido; y la curación no se sentirá tan lejana, porque está sucediendo ahora.
Esos son los momentos a los que debes aferrarte.
Pues esos son los momentos que alivian un poco el dolor de la curación. Toma tiempo. Sucede de formas que no esperamos.
La curación sucede cuando estás dando un paseo solo, completamente solo, y recuerdas todo lo que falta, todo lo que duele, y sientes tanto a la vez que apenas puedes recuperar el aliento. Como una puñalada en el pecho, todo te golpea a la vez.
Tu cuerpo se siente pesado. Te duele la mente y el corazón. La curación es dolor, pero también es triunfo. La curación ocurre con el tiempo y no se puede apresurar.
Es delicado y privado. La curación es un proceso cotidiano. Tienes que ser paciente contigo mismo y esforzarte para ser lo suficientemente valiente como para sanar.
La verdad es que siempre tendrás una cicatriz, pero esa cicatriz será un recordatorio de tu supervivencia.
Lo mirarás y pensarás: “Lo logré”. La cicatriz será una prueba de la gracia con la que sanaste. La curación no es fácil, sucederá, a pesar de las pruebas, la curación llegará y estarás bien.