Es hora de vivir
¿Cuánto tiempo pasamos pensando en lo que necesitamos cambiar? Nuestro cabello, nuestros cuerpos, la forma en que nos sentimos, la forma en que son los demás (la lista es interminable).
“Si tan solo…” es seguido por una lista de cosas que creemos que llenarán el vacío infinito dentro de nosotros. Si tan solo nos amaran de vuelta. Si tan solo tuviéramos más dinero.
Si tan solo fuéramos más bonitos. “Entonces…” sigue el resultado de esa cosa que nos traerá la felicidad que anhelamos. Finalmente, seremos realizados. Cuando entramos en un modo de querer y desear, nada será suficiente. Porque siempre sabemos que existe la posibilidad de tener más.
Como humanos, somos seres con un propósito puestos aquí para crear. Por supuesto, estamos diseñados para querer que las cosas sean mejores. Para seguir construyendo.
La felicidad se siente bien y el dolor se siente mal, así que obviamente, luchamos por la felicidad. Pero no es así como funciona. Conseguimos todas las emociones. Perdemos. Obtenemos. Nosotros lloramos. Reimos.
Entonces, si no podemos dejar de querer más o experimentar todos los sentimientos, ¿cómo terminamos con nuestro sufrimiento? ¿El secreto? Debemos darnos cuenta de que estamos separados de las cosas externas. Gente. Lugares. Materiales.
Y sí, incluso tus pensamientos son externos. Porque TÚ eres el pequeño asiento del yo que observa cómo suceden todas estas cosas. ¿Alguna vez te has preguntado quién escucha tus pensamientos? ¿O quién está sintiendo tus sentimientos? Eres tu.
Puede estar más cerca de tu ser que otra persona o una bolsa nueva, pero aún así no eres TÚ. Ese pequeño yo que ve y escucha tiene la opción de ver y escuchar.
Cuando siente dolor, puede dejarlo existir. No teme al dolor porque el cerebro le teme al dolor. Ese no eres tu. Cuando escucha pensamientos negativos, puede dejarlos pasar.
Tus pensamientos no eres tú. Esto no significa que no será frustrante sentir, escuchar o experimentar cosas o personas que no se sientan bien.
No significa que no vayas a querer más o que quieras experimentar las cosas de manera diferente. Pero puedes elegir tus interacciones con las cosas que no te hacen sentir bien simplemente observándolas existir.
Cuanto más intentas cambiar las cosas, menos llegas a existir plenamente. Cuanto más puedas disfrutar de lo que tienes y dejar que la vida sea… más feliz serás.