Soy un aventurero solitario, soy un solitario. Soy una persona que ves sola en una cafetería tomando té y leyendo un libro.

Soy la persona que sale sola en citas y se sienta en restaurantes, sin vergüenza. Soy quien asiste a los conciertos sin sentirse incómoda por estar allí sola. Canto con todo mi corazón y me lo paso muy bien.

A medida que fui creciendo, me di cuenta de que hacer las cosas solo es maravilloso. Quiero decir, claro, a veces es divertido estar con otras personas. Sin embargo, muchos subestiman lo mucho que podemos disfrutar de ciertas actividades sin compañía.

Algunas personas piensan que “estar solo” y “hacer las cosas solo” es algo malo. O significa que eres antisocial o eres un «perdedor», y este estigma social está mal.

Hay tantas personas por ahí que tienen miedo de hacer cosas solas y experimentar la vida solas. Debo admitir que fui uno de ellos y ahora me doy cuenta de que me perdí de tantas cosas porque no quería hacerlas solo. Siempre que quería ir a algún lugar, asistir a un concierto o hacer una actividad divertida, le pedía a mis amigos que lo hicieran conmigo y si no querían ir o hacerlo, yo tampoco lo hacía.

Esta mentalidad me retuvo en tantas cosas, ahora estoy en el punto de mi vida en el que no dejaré que nadie ni nada me detenga y haré cualquier cosa que mi corazón desee, incluso si eso significa que debo hacerlo solo.