APUNTES… Llego la hora de la definición del rumbo
Por: Guillermo Fabela Quiñones
La crisis que ocasionó la pandemia aceleró las contradicciones internas en el régimen de la Cuarta Transformación (4Y) a niveles cada vez más preocupantes. Tal situación obliga al presidente López Obrador a definir el rumbo de su Gobierno, ante la imposibilidad objetiva de seguir la ruta del pragmatismo, hasta ahora sólo favorable a grandes grupos empresariales, los únicos con capacidad de aprovechar este modo de hacer política del Mandatario.
La profundidad de este grave problema afloró con la filtración de las declaraciones del titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo, en el sentido de que “no se puede idealizar la Cuarta Transformación” y aceptar que el actual Gobierno “está lleno de contradicciones brutales”. Tal realidad la hemos señalado en este espacio desde los inicios del sexenio, con la intención de que el pueblo no tuviera expectativas ilusorias de cambios espectaculares. La conformación del gabinete así lo anunciaba.
Al inicio de la administración era entendible hasta cierto punto la necesidad de contemporizar con los grandes intereses económicos para evitar presiones golpistas desde ese momento inaugural del cambio prometido. Era previsible que la derecha, la tecnocracia neoliberal, se aprovechara de la actitud cautelosa y prudente del mandatario para ganar espacios, como así sucedió. Aplaudieron incluso que el Presidente utilizara su prestigio y fuerza política para frenar la corrupción de la cúpula tecnocrática del PRIAN que ponía en grave riesgo la gobernabilidad del sistema.
Pero como los conservadores nunca están satisfechos con lo que obtienen, vieron la oportunidad de presionar más al Mandatario una vez que comprobaron que su proyecto no iba más allá de la lucha contra los flagelos más siniestros y peligrosos para ellos mismos. Como se ha podido constatar, nunca han dejado de presionarlo, de un modo o de otro, con el propósito de que su proyecto transformador no salga del marco favorable a sus intereses. Ahora, el presidente López Obrador está atrapado en las redes que le fueron tendiendo de manera por demás astuta.
Con sus huestes radicales, los organismos empresariales lo han estado “apuñalando” todo el tiempo con acusaciones absurdas pero impactantes en las clases medias, como un supuesto radicalismo de “izquierda”, como “enemigo de la democracia”, como “incapaz de enfrentar la violencia y el crimen organizado”, con el fin de que el pueblo desinformado echara la culpa al Mandatario de los problemas propiciados por la tecnocracia neoliberal desde 1983. Así, cualquier política pública democrática inmediatamente es tildada de “populista”, clara demostración de su “chavismo”.
El secretario Toledo, un hombre progresista, tenía que enfrentar más temprano que tarde intereses contrarios a su principal responsabilidad: Cuidar el medio ambiente y los recursos naturales del país. Los problemas que enfrentó vinieron desde adentro del propio gabinete, al tratar de hacer cambios que afectaban intereses ligados a los del jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo. Esta es, sin duda, la primera vez que el Mandatario tendrá que tomar una decisión definitoria para el futuro de su Gobierno.
Así lo patentizan las declaraciones del presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega, quien advirtió que “habrá hambre si prohíben la importación de glifosato”, herbicida muy eficaz para generar mayores cosechas a cambio de provocar daños graves a la salud humana y a las tierras, de acuerdo con denuncias científicas globales. “Confiamos en que el Presidente ponga orden en su gabinete”, puntualizó el agroempresario, quien dio su aval al titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, cuya trayectoria lo ubica como neoliberal, al igual que el jefe de la Oficina de la Presidencia.
La decisión que tome el Presidente, cualquiera que sea, nos ubicará en la realidad concreta de la 4T, incluida la de un “arreglo” interno para ganar tiempo, que sería la peor de ellas.
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