Por: Dionel Sena

Si bien es cierto Andrés Manuel López Obrador no podrá evitar la guerra intestina que se avizora en Morena, por la dirigencia nacional, es innegable que si algo sí le va a interesar, es justamente llevar mano en las candidaturas más importantes de ese partido rumbo al 2021, elección que será trascendental en su proyecto de Gobierno, pues tratará de emular lo hecho en el 2018, cuando él iba abanderando esa causa en las boletas, lo cual no será tan sencillo de lograr, más allá de lo que digan las encuestas, pues el saldo del proceso interno de ese instituto político seguramente que será de muchos heridos, por lo que el tabasqueño tratará seguramente de elegir a la mayoría de los abanderados que le interesan, lo representen en la próxima legislatura federal y que defiendan sus reformas e iniciativas.

Más allá de que López Obrador no vaya a ir en las boletas en las elecciones venideras, es innegable que él será la figura principal de cada una de las campañas que emprendan quienes lleven esa bandera en cada uno de los puestos de elección popular que estarán en juego, por lo que es muy seguro que una vez tenga amarradas las candidaturas que le interesan, les dejará el resto a los grupos ya enquistados dentro de ese Movimiento de Regeneración Nacional, en donde habrá desde «Monrrealistas», los de Gabriel García a través de Bertha Luján, los de Yeidkol Polevnsky, los de Marcelo Ebrard, los de Claudia Sheinbaum y hasta los que puedan llegar a colocar los del círculo más cercano a Palacio Nacional, sin obviar claro a quien quede al frente del partido en agosto de este año, que se sobreentiende será segundo en derecho después del Presidente.

Aunque en este momento Morena pudiera llegar a ser un dolor de cabeza para quien ocupa la primera magistratura de este país, es innegable que lo necesitará una vez más, pues ya no le da tiempo de capitalizar su imagen a través de alguno de los nuevos partidos emergentes, más allá de las coincidencias que pudiera llegar a tener con algunos de ellos, tal es el caso de Redes Sociales Progresistas, (que maneja la maestra Elba Esther Gordillo), el de la CATEM (de Pedro Haces Barba) o el que vendrá a sustituir nada más en nombre a Encuentro Social; serán institutos políticos emergentes sin la fuerza para seguir controlando el poder legislativo de este país en la Cámara baja, sin embargo, pudiera cumplir finalmente su amenaza de irse de Morena, una vez se haya cumplido el último objetivo, pues incluso para la revocación de mandado programada para el 2022, pudiera ya no necesitar al vehículo que lo llevó a Palacio Nacional.

Por lo anterior, todo dependerá de cómo Morena haga las cosas en cuanto a su proceso interno se refiere, pues ya los órganos electorales le ordenaron a Alfonso Ramírez Cuellar, presidente interino, convocar a una elección abierta para decidir quién será su próximo o próxima presidenta nacional, algo en lo que no están muy de acuerdo los mismos morenistas, pues abrir dicho proceso, permitirá que gente que nada tiene que ver con el partido meta su cuchara y ello pudiera conllevar muchos riesgos, aunque al tener un padrón amañado y poco confiable, no le dejaron de otra al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por lo que ahora deberán acatar dicho ordenamiento, más allá de todo lo que en el trayecto pueda ocurrir, lo que sí, es que el divisionismo y el canibalismo se agudizarán aún más después de esa guerra intestina.

Al tiempo…

Twitter: @dionelsena