El 2 de julio de 1961 el mundo de la literatura recibió un grave golpe, ya que el escritor Ernest Hemingway había cometido suicidio en su casa.
Tras múltiples novelas, cuentos, relatos y premios, el autor decidió quitarse la vida al sufrir de depresión y un dolor físico por una enfermedad hereditaria.
El ganador del Premio Nobel de Literatura sacó su escopeta y se disparó en la cabeza, su esposa Mary lo encontró y dio la trágica noticia a los medios.
Se dice que el suicidio de Hemigway era a causa del deterioro de su salud desde 1959, cuando sus amigos decían verlo extraño y confuso.
La prensa comentó su triste apariencia, a lo que su esposa viajo con él a Minnesota y comenzó a recibir sesiones de electrochoque.
El escritor fue diagnosticado con hemocromatosis, al igual que su padre, padecimiento que crea la incapacidad de metabolizar el hierro culmina en un deterioro mental y físico.
Los hermanos de este también lo sufrieron y se despojaron de la vida al sentir los síntomas.
Con la muerte de Ernest queda su legado, sus historias llenas de amor, la guerra, la naturaleza, y la pérdida.
Sus obras tan emblemáticas como “El Viejo y el Mar”, “París era una Fiesta”, “El Jardín del Eden”, “Islas en el Golfo” y muchas más siguen presenten en la sociedad.
Una inspiración para miles de escritores a nivel mundial y una lectura clásica que hay que prestar atención.
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