En un emocionante hallazgo paleontológico, científicos argentinos han descubierto el renacuajo más antiguo del mundo, que convivió con los dinosaurios en el Jurásico Medio hace 161 millones de años. Este fósil, que pertenece a la especie Notobatrachus degiustoi , los investigadores lo encontraron en excelente estado de preservación en la Patagonia argentina, lo que les permite obtener información valiosa sobre la evolución de las ranas y los sapos.

La importancia del descubrimiento del renacuajo

Mariana Chuliver, investigadora de la Fundación Azara y primera autora del estudio publicado en la revista Nature , ha destacado la importancia de este descubrimiento. «No sólo es un hallazgo muy importante por su antigüedad, sino que además es un renacuajo único por las características que se preservaron en el mismo», afirmó Chuliver en declaraciones a Reuters Televisión. El fósil del renacuajo, que mide aproximadamente 16 centímetros, fue encontrado en una estancia de la provincia de Santa Cruz en enero de 2020. «Este renacuajo se destaca porque, gracias a un análisis de distintas variables morfométricas, pudimos descubrir que es un renacuajo gigante «, explicó Chuliver.

La experta también señaló que el nivel de preservación de este espécimen es extremadamente raro, ya que los renacuajos, con su cuerpo blando, tienen pocas posibilidades de fosilizarse. El estudio realizado por la Fundación Azara, el Museo de Ciencias Naturales y la Academia de Ciencias de China revela que el renacuajo pertenece a una especie antecesora de los anuros modernos, un grupo que incluye a ranas, sapos y cuernos. «Este nuevo hallazgo, que sitúa el origen de las larvas de anfibios muy cerca del grupo de los anuros actuales, revela que la morfología de los renacuajos ha permanecido casi sin cambios durante los pasados ​​160 millones de años», sostuvo Chuliver.

Un aporte significativo al conocimiento evolutivo

El destacado hallazgo no solo amplía nuestro conocimiento sobre la evolución de estas criaturas, sino que también aporta información crucial sobre su alimentación y estilo de vida. «Tiene restos de tejidos blandos, como son los nervios o los ojos, pero además una característica fundamental que se preservó es el esqueleto hioides», detalló la investigadora. En resumen, el renacuajo prehistórico de 161 millones de años descubierto en la Patagonia argentina no solo es el más antiguo del mundo, sino que también nos brinda valiosa información sobre la historia evolutiva de las ranas y los sapos.

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