Estados Unidos.- El magnate de las criptomonedas caído en desgracia, Sam Bankman-Fried, se encuentra a punto de conocer su destino judicial. Condenado por fraude en noviembre, Bankman-Fried podría enfrentar una de las sentencias más largas en la historia de los crímenes de cuello blanco en Estados Unidos.

Damian Williams, fiscal de Nueva York, ha solicitado una pena de entre cuarenta y cincuenta años de prisión para el fundador y presidente de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX. El jurado en Manhattan lo declaró culpable de siete cargos que incluyen fraude, conspiración y blanqueo de dinero.

Bankman-Fried utilizó sin autorización los depósitos de los clientes de FTX para llevar a cabo operaciones riesgosas en su fondo de cobertura, Alameda Research, así como para la adquisición de lujosos bienes inmuebles y donaciones políticas.

Este joven empresario, que se convirtió en multimillonario antes de los 30 años, logró catapultar a FTX como la segunda plataforma de intercambio más grande del mundo en un tiempo récord. Sin embargo, en noviembre de 2022, el imperio FTX colapsó al no poder hacer frente a las masivas solicitudes de retiro de fondos por parte de los clientes que descubrieron la comprometida situación de los depósitos de la empresa.

Sam Bankman-Fried, el gigante de las cripto que cayó por fraude

Al momento de la declaración de quiebra, faltaban aproximadamente 9.000 millones de dólares. Sin embargo, los liquidadores han logrado recuperar 6.400 millones de dólares en efectivo y planean reembolsar por completo a los clientes afectados.

En medio de un escándalo que sacudió el mundo de las criptomonedas, Bankman-Fried se enfrenta a la posibilidad de una pena de prisión prolongada. Sus abogados han intentado presentar una imagen más humana de él, enfatizando su desinterés y altruismo, así como destacando su diagnóstico de trastorno del espectro autista para buscar clemencia ante el juez federal.

El juicio, que duró cinco semanas, mostró a un Bankman-Fried abrumado por su carga de trabajo y víctima de errores de juicio de sus colaboradores. Sus abogados proponen una pena de poco más de cinco a seis años y medio de prisión, argumentando que nunca ha sido acusado de enriquecimiento personal y que conservó la mayor parte de su fortuna en acciones de FTX, cuyo valor se desplomó.

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